lunes, 30 de mayo de 2011

un poco de cielo en esta tierra

él vino a la fiesta con un amigo. ella había perdido el celular en la pista de baile y lo buscaba desesperadamente. cuando se cruzaron, tenían medio litro de cerveza en un vaso y otro tanto encima. ella le presentó a su amiga, él le presentó a su amigo, pero los amigos no se cayeron bien. él le encajó un beso exagerado y un poco violento. ella se sintió extraña.
- vamos a bailar.
- recién había perdido el celular en la pista de baile pero por suerte me lo encontraron.
- sos un peligro. tomás un poco y ya estás perdiendo el teléfono.
después de bailar con tanta sensualidad entre ellos que la gente los miraba, decidieron ir a tomar aire a la terraza de la casona vieja. allí encontraron a unos músicos que estaban haciendo algo parecido al jazz. el se empezó a hacer el galán con unas flaquitas que estaban sentadas por ahí. y ella se empezó a chamuyar a los músicos. cuando él se dio cuenta, se puso celoso y la tomó de la mano. le propuso que se fueran de la fiesta. ya era tarde. ella le dijo que tenía que despedir a su amiga. él le dijo que no sabía en donde estaba su amigo, pero que la esperaba afuera.
se encontraron en la calle. él se había puesto a leer un libro mientras la esperaba. ella lo invitó a pasar a su casa que quedaba cerca de la fiesta. el se negó. y le dijo que porqué no iban a su departamento. caminaron por las calles de un barrio que les hacía acordar a la ciudad de berlín hasta llegar a la parada del colectivo.
cuando llegaron a su departamento, se hicieron algo para comer, pero ella no pudo pegar un ojo. y escuchó entre sueños que él decía que no quería que ella estuviera allí. se sintió tan mal que decidió ponerse la ropa rápido y tomarse lo que sea para ir a dormir a su casa. hacía dos días que no descansaba bien. él se angustió con la despedida abrupta. le hizo recordar a heridas del pasado. a relaciones escabrosas. ella también estaba angustiada, pero se tomó las pastillas, desconectó el teléfono y se fue a dormir hasta la tarde. cuando despertó sintió ganas de llamarlo para explicarle el porqué de esa reacción y quedaron en encontrarse en la plaza a las nueve en donde se baila el tango. fueron a comprar una cerveza y la abrieron con el encendedor. se sentaron cerca de uno de los árboles en el piso y un artesano que por allí pasaba les dejó una pulsera a cada uno, violeta y roja, y les preguntó si eran novios. los dos lo negaron rotundamente. después de una charla hermosa, ella lo invitó a bailar. él le contó que tenía en sus planes irse de viaje solo por un tiempo y que era justo que ella lo supiera. ella le dijo que también tenía el plan de irse de viaje, y que gracias por avisar. fueron a la casa de él otra vez. prepararon unos fideos con crema y nuez moscada y pusieron el disco de the velvet underground. compartieron la cama divinamente. todos queremos un poco de cielo en esta tierra. esa mañana fue la última vez que se vieron.
ella viajó al norte para buscarlo, pero jamás coincidieron en tilcara.

domingo, 29 de mayo de 2011

andariega modestia

te asocio a tu algunavezamigo, el sarnoso, y a mi algunavezamiga, la sin-código. por eso este recordatorio tal vez no te haga justicia, sagitariano. es el karma de ser un anónimo más, aunque te esfuerces y trabajes para pedurar. en eso vos y yo somos parecidos. no por casualidad, mi luna tocaba tu sol y tu luna tocaba mi venus. las caricias y el sexo estaban bien. mejor que bien. y nosotros nos llevábamos bien, mejor que bien, como dos auténticos nerds, compartiendo a monty piton, the red balloon, el pan casero, weird fishes y house of cards, all night long, al balcón de la juan b justo, or john doesn´t want to see at all.

sábado, 28 de mayo de 2011

el chino

con el chino, nos conocemos de toda la vida. prácticamente, nacimos juntos. aunque yo vine tres meses después que él. fuimos al mismo jardín de infantes. después nos cambiamos al mismo colegio. y me enamoré perdidamente de él cuando tenía ocho años y hasta los doce. tiempo durante el cual le dediqué cuatro diarios íntimos, veinte millones de cartitas de deseos, siete hijitos y varios sueños. ya en la secundaria, fuimos mejores amigos, de verdad, mejores amigos.
con el chino, vivíamos en el mismo barrio, a unas cuadras de diferencia, y si sabíamos elegir bien cuáles caminar, estábamos en muy poco tiempo uno en la casa del otro. después, me mudé al otro lado de la estación y aún así, si seguías derecho por la avenida en la que quedaba mi casa, terminabas casi en la esquina de donde quedaba la suya.
con el chino teníamos una historia familiar muy parecida y muchas cosas en común. nunca conocí a alguien con quien me llevara tan bien que como con el chino. siempre estuvimos conectados. nos comunicábamos hasta sin palabras. él captaba dónde ubicar lo que yo estaba pensando y me respondía sin dudarlo. sabía quien era. nos entendíamos muy bien, aunque hay ciertas cosas que jamás podremos entender. por ejemplo, porqué.
con el chino empezamos a salir para fin de año antes de que yo me fuera a vivir a otro país y volviera. aún así, seguimos saliendo juntos durante cinco años. desde los diecisiete hasta los veintidós. el chino fue mi primer amor. yo fuí el primer amor del chino. el chino me vino a visitar cuando yo estuve viviendo afuera. con el chino nos fuimos de viaje de mochileros juntos. con el chino fue mi primera vez en todo. con el chino fumamos el primer porro juntos. con el chino jugamos al juego de la copa. con el chino hablábamos de todo. con el chino viajamos al uritorco. con el chino pasábamos mucho tiempo juntos. con el chino, nos acompañábamos en todo.
entonces, por qué.
- ey qué te pasa? cuando tenés esa cara y no hablás es porque algo te pasa.
- es que no estoy bien.
- otra vez?
- no sé. esto es difícil de decir. cada vez que volvemos estamos bien por un tiempo pero me empieza a pasar de nuevo lo mismo, que quiero salir, vivir otras experiencias, saber qué más hay en el mundo. somos chicos...
- pero podríamos estar viviendo juntos. yo estoy pensando en mudarme por acá cerca y tal vez podríamos intentar
-no. no me parece.
- pero si somos almas del mismo color. vos y yo nos entendemos bien. nos conocemos de toda la vida.
- si, pero no sé. no sé qué quiero. no soy feliz así. no sé qué me pasa.
- sabés qué, amor, ésto ya me cansó. no tengo porqué estar todo el tiempo convenciéndote. yo necesito alguien que me dé seguridad. necesito estabilidad. y vos nunca pudiste darme eso. y siempre va a ser igual. así que ahora te digo yo, ésto se termina acá. y te doy un consejo como amigo, cuidate porque hay muchos garcas sueltos.

jueves, 26 de mayo de 2011

advertidos

el tipo era un tipo pintón, alto. parecía un american héroe de los años 50. y tenía una voz espléndidamente grave, como la de mi tío el loco y cierto magnetismo escorpiano. un halo que oculta misterio e intensidad contenida y chispeante, se podía adivinar detrás del marco de los cuadrados anteojos. mi primer pensamiento fue llamarlo el harry potter de la oficina, cuando le preguntaba a mi compañera, disimuladamente, si me podía tirar algún dato de este curioso hombre.
- es un boludo, nena.
- por qué?
- porque está re loco.
- pero eso puede ser algo bueno tal vez...
- no. en serio te lo digo. se hace el importante, el galán y es un nabo.
- pero qué tiene de nabo?
- no sé es torpe. parece que está contenidamente nervioso todo el tiempo. además es un culo.
- si, no se lo ve sonreir seguido.
- además éste trabajaba antes acá y se fue de viaje. volvió hace unas pocas semanas. yo no lo conozco mucho, pero cande me contó que estuvo saliendo con la minita de cuentas y que ella lo dejó porque era un looser total.
- pero la minita de cuentas es una pelotuda. no confío en su criterio.
- por qué te interesa tanto saber de este gil, mmm?
- no sé. lo veo interesante. pero no crucé ni dos palabras.

pasaron las semanas y harry potter volvía a la oficina con más excusas que razones verosímiles. las conversaciones eran interesantes y continuaban por teléfono. una tarde, después del almuerzo, encontró una carta en el escritorio a su nombre. leyó,
me estoy quedando sin excusas para pasar a visitarte. por qué no tomamos un café alguno de estos días?
entre otros detalles de cortesía burguesa.
ella se quedó petrificada y con una hermosa sonrisa de estúpida, disfrutó esos segundos de felicidad de mariposas en el estómago. volvió a leer la nota varias veces durante la tarde y mientras esperaba el colectivo. cuando llegó a su casa y antes de irse a dormir. apuntó el celular que habían dejado de remitente y esperó hasta quedarse dormida.
al otro día no hubo ni noticias del fulano por la oficina. parece que se había ido de viaje al complejo de rosario por unos días. ella pensó una y mil veces qué palabras elegir para escribir un mensaje de texto coherente que notifique que había llegado la información. pero prefirió esperar a que regresara y en todo caso, le aclarara si estaba dirigido a ella, si por algunas de esas casualidades de la vida, se había equivocado en dejar aquella nota en su escritorio.
- y, recibiste la nota que te dejé?
- sí.
- y qué te pareció?
- mirá, yo estoy en una situación complicada en este momento. pero acepto la invitación.
- dale. así me explicás de qué se trata el asunto. te parece este lunes a las seis en éste lugar?
- bueno. quedamos así. cualquier cosa, si te surge algún imprevisto, me avisás a este número.
y le deslizó un papel con el teléfono por lo bajo.

se encontraron en ese lugar, pero ella llegó un poco tarde de lo que hubiera querido. le costó encontrar el lugar. lo divisó a lo lejos y se dio cuenta de que el tipo se había arreglado para la ocasión. le entró inseguridad porque ella estaba hecha un desastre. pero saludó y se acercó hacia la mesa en la que él la esperaba.
- hola. cómo estás?
- bien, ahora que te veo. pensé que tal vez no venías.
- pero si te dije que quedábamos así. no? en todo caso te aviso. no tenés que preocuparte.
- qué querés tomar?
- un cortado chico.
- pidamos.
- bueno, y de qué se trata el asunto de tu complicación. me muero de la intriga.
- mirá, yo estoy en una relación complicada, bah, en realidad estuve durante un tiempo hasta que el tipo me cortó y me desquicié. me lo volví a encontrar de casualidad hace unas semanas. de hecho nos vimos un par de veces y lo conversamos, pero tengo toda la intención de cortar eso porque es insano. no sé de relaciones free lance. te cuento porque merecés saberlo.
- está bien. ya me habías comentado algo. ya lo sabía. me lo aclaraste varias veces cuando llamé por teléfono. no todo lo que me acabas de decir, sino que estabas con alguien pero no en buenos términos.
- sí? bueno, si accedí a venir es justamente porque la nota que me escribiste me movilizó mucho más de lo que me hubiera imaginado.
- en serio? porque tardé un montón en decidirme, y me tuvo que ayudar mi hermana a redactarla. el tema es que me gustás mucho y quiero conocerte. hace mucho tiempo que no me pasaba.
- vos también me gustás mucho, desde la primera vez que te ví. tengo clarísimo que si las cosas se pudieran arreglar con fulano, no estaría acá. pero entendés que hay un tercero?
- si. entiendo. pero es como vos decís, si las cosas con él estuvieran bien, no estarías acá conmigo.





miércoles, 25 de mayo de 2011

tudo novo deu novo


- che, no me acompañás al trabajo?
- no sé. me parece que
- qué tenés que hacer ahora?
- es que había quedado en encontrarme con ana a las cuatro pero no me escribió todavía.
- fijate. faltan tres horas. en todo caso venite conmigo y después si te llama, te vas para allá.
- dale, te acompaño hasta el colectivo y veo.

después de pasar toda la tarde y hasta la medianoche juntos, porque ana no llamó pero mensajeó tamara que había una fiesta en el planetario y que llegaban después del recital y se encontraban ahí. después de pasar todo el día juntos, se despidieron en plaza italia. ella lo invitó a la fiesta, pero él se notó raro y se fue para su casa directo o eso le dijo a ella.
- hablamos en la semana.

no hablaron en la semana más que para no coincidir. y ella se empezó a replantear algunas cosas. se acordó de cómo había sido antes. él también se replanteó algo parecido. evidentemente, la reminiscencia sabía algo que ellos aún estaban tratando de entender. para el domingo a las nueve, ella ya había dejado en claro la decisión que habría de tomar. para esa misma hora él se daba cuenta de que tenía que hablar de algo. muy bien no sabía, pero algo tenía que explicarse a sí mismo. había sido un fin de semana extenso y extenuante. aplastante. el teléfono cortó el silencio.
- hola.
- hola. sí. quién es?
- estabas durmiendo? porque tenés la voz rara.
- no. es que estaba meditando, puede ser eso.
- cómo estás?
- y mas o menos. estuve pensando algunas cosas.
- si. yo también. quería hablar con vos pero no me gusta hablar de estas cosas.
- ya sé que es incómodo, pero me parece que tenemos que hablar de éstas cosas.
- vas a estar en tu casa? porque yo me estaba por tomar el tren pero quería verte.
- venite. te espero.
- salgo para allá.

increíblemente rápido llegó el colectivo, increíblemente rápido atravesó las calles sin problema y lo dejó en la parada en diez minutos como mucho.
ella prendió el último sahumerio, soltó una plegaria al aire y se sentó a esperar en silencio.

- hola. llegué rapidísimo.
- hola. sí. pasá.
- estoy muerto de hambre. por qué no vamos a comer algo?
- yo pensaba poner a cocinar lo que había sacado, pero la verdad no tengo ni ganas...
- pidamos y que lo traigan acá.
- no tengo mucho en la billetera.
- eso no es problema, yo pago.

fueron a armarse unos fernet y en la cocina empezaron a decirse lo que tenían que hablar.
- en estos días estuve pensando y tomé una decisión. no fue fácil, pero me parece que es lo mejor.
- si. yo también estuve pensando.
- y qué pensaste?
- que estoy confundido. que no sé lo que quiero.
- yo estuve pensando que no quiero ésto. no entendí el porqué de tus actitudes. venía todo bien. al menos eso parecía. hace una semana me presentaste como tu novia a tus compañeros. me invitaste a hacer un viaje juntos el fin de semana largo. te dije que no sabía si era buena idea. en fín... después te llamo y olvidás atenderme. te olvidás que habías quedado en hablar conmigo. desaparecés toda una semana y a mi no me queda otra que preservarme. qué te parece? no quiero pasar por esto otra vez. no quiero porque me hace mal. no quiero estar esperando ninguna llamada de nadie. no quiero.
- si. tenés razón. es cierto. estuve mal. disculpame. no quise herir a nadie. lo que menos quiero es lastimar a la gente que quiero (primeras lágrimas)
- nadie quiere lastimar a propósito a la gente que ama. pero a veces estas cosas pasan. cuál es? no estás enganchado?
- la primera vez, yo realmente quería estar con vos. estaba dispuesto a comprometerme de verdad pero vos no me creías y eso me daba mucha bronca. tanta bronca que llegué a odiarte.
- si, ya sé. yo no estuve bien. tenía mis mambos, ya sé que estaba muy neurótica.
- si. yo también tuve mis cosas.
- qué te parece que cambió? porque yo siento todo lo contrario. justamente ahora, estoy bien y puedo darte algo mejor que antes.
- la magia. se acabó la magia. pero es que siempre pasan estas cosas. tal vez no siento lo que sentía antes por vos.
- qué ironía. no sé si reirme o llorar.
- sí. es una mierda. es que la otra vez me quedé mal. me siento solo y triste.
- ese es un tema tuyo. yo no puedo solucionar tu soledad por vos.
- silencio y más lágrimas. - cómo la pasaste la otra vez?
- me gustó mucho. estuvo bueno.
- si, pero no hablaste con nadie y ésta gente es re copada.
- será copada con vos, pero conmigo no lo fueron. además qué me importa esa gente? yo disfruté del espectáculo. me concentré en eso. en un momento se me hizo un poco largo y quise salir a tomar aire. pero después volví y la pasé bien.
- es que vos sos otra onda.
- otra onda?! por qué? porque no vivo de reviente todo el tiempo ni me creo mejor que otros? qué querés que haga? ésto es lo que hay. si no te gusta...
- bueno, pará!
- es que lo lamento. lamento que te pase eso conmigo, que prefieras que sea de otra manera, que no me veas. (lágrimas) no me lo esperaba para nada, no lo ví venir. cambió la situación en una semana y no me di cuenta ni de porqué. (más lágrimas) sabés qué? basta. bastante tengo con mi propia inestabilidad para bancarme la tuya.
- pero yo te amo.
- yo también te amo. pero no funcionamos bien juntos. ya sabemos cómo termina y siempre se repite la misma secuencia.
- pero esto es amor verdadero.
- si, puede ser. no voy a dejar de amarte nunca. sos como de mi familia. te quiero un montón y sos mi amigo más allá de lo que tuvimos. sabés que podés contar conmigo para lo que necesites. cuando ya no viva acá y necesites un lugar y yo esté viviendo en otra provincia, vas a ser bienvenido a mi casa. siempre vas a ser bien recibido en mi casa.
- más lágrimas.
- es así boludo. lo sabés. pero ahora las cosas no van a volver ser como venían siendo; al menos no para mi. no me vas a ver ni un pelo. tengo mi dignidad. aunque te voy a extrañar.
- yo también te voy a extrañar. sé perfectamente lo que es extrañarte. te extrañé por dos años. y no sabés cómo te extrañé.
- pero ahora que me tenés estás confundido. dejemoslá ahí, mejor... el tema es que querés ver a otra gente.
- sí.
- yo también. pero si estoy con vos no puedo. no puedo estar con vos y a la vez conocer a otra gente. no soy así. no puedo.
- está bien, no tenés porqué. para vos es todo o nada.
- exacto. no me manejo bien con los grises. no me lo voy a bancar, ya me conozco. esta vez paso.



martes, 24 de mayo de 2011

la equivocada

sarah, la equivocada, tenía la costumbre de cometer un error por día. jueves, olvidarse la cartera en la sala, lunes, tomar tarde el colectivo, miércoles derrochar las monedas que le sobraban para que, viernes, haberse quedado sin crédito y siendo las doce de la noche y con dos pesos en su entera billetera, faltaran esos cinco centavos gloriosos que no hacían llegar al 1,20.
sarah tenía la costumbre de trabajar de docente de nivel inicial, pero no podía enganchar el puntaje para obtener la titularidad así se conformaba con suplencias esporádicas. las compañeras le decían que le pasaban el cv para presentar en la institución ésta que era privada.
- no me interesa si es una escuela privada. decidí hacer mi lucha en la pública. mañana vamos con unos compañeros para el ministerio a ver si podemos conseguir una entrevista con el asesor de mirqui.
sarah estaba equivocadamente de novia con un pobre chico que no la merecía. no porque sarah fuera de otra liga inalcanzable para el chico -eso es una estupidez; sino porque sarah era un calvario que nadie merecía.
el calvario mismo encarnado en una novia insegura, mentirosa, que no pensaba lo que hacía ni mucho menos lo que decía, que llamaba cada veinte minutos para controlar al pobre, que si no le atendían se enfurecía aún más y entraba en unos ataques de pánico y rabia que la dejaban tirada en la cama sin fuerzas para pensar en otra cosa, que seguiría insistiendo hasta que decidieran desconectarle el teléfono del otro lado. que cuando la llamaran para contarle porque no habían podido atender por razones laborales, se pondría ácida e irónica como una hija de puta, y le inventaría al pobre, una amante rubia, moderna y pulposa, al mismo tiempo que le echaría en cara que los fines de semana había decidido trabajar porque prefería compartir la noche en la guardia con la compañera que con ella y su proyecto de hacer talleres de bongoo eran la excusa encubierta para garcharse a sus alumnitas, más que para garchárselas, para desearlas. etc, etc, etc.
pero ya sería tarde para sarah, la equivocada.
- ya sé que te enamoraste de otro. ese otro tendría que haber sido yo. ese lugar es mío.
- no. te juro que no. no sé qué me pasa. necesito aire. necesito un tiempo. necesito tiempo para mí. me dí cuenta de algo.
- dale boluda, soltá el nombre. quién es?
- nadie. no escuchás lo que te estoy diciendo?
- si. nada. puras palabras vacías.
- pero si te estaba por decír, me dí cuenta de algo. vos sos el que no quiere escuchar.
- lo siento.
- yo creo que lo intentamos. lo intentamos de todas las maneras posibles. tuvimos dos años para darnos cuenta.
- no te creo nada. hablá desde el corazón, o te da miedo?
- quiero estar sola.
- y para qué carajo te viniste a vivir acá, forra?
- me equivoqué.
- mirá, pensá! después de todo lo que me quemaste la cabeza con otras minas, después de todas tus escenas violentas y de locuras delirantes que me arrebataban las ganas de vivir, después de todo eso te das cuenta de que te equivocaste. mirá qué bien...
- a vos te parece sencillo admitirlo? a vos te parece que el desgaste lo pagaste vos solo? no fuimos acaso dos? evidentemente, no.
- nunca te fuiste porque nunca estuviste.
- fuimos dos.
- nunca fuimos dos.
- me equivoqué. me dí cuenta tarde. lo siento. siento por toda esa locura que se generó entre los dos. quise ser algo que no era, para parecer algo que te gustara. lo siento. si volviera el tiempo atrás, te evitaría cuánto dolor me fuera posible. lo mejor que puedo hacer ahora es dejarte en paz. que seas libre. es lo correcto para los dos.
- no tomes decisiones por mí.
- lo que hice mal no lo puedo borrar. lo mejor que puedo hacer para remediarlo es desaparecer de tu vida. los dos nos merecemos la posibilidad de ser felices.
- te odio.



domingo, 22 de mayo de 2011

techo


el techo del granero era curvo. estaba hecho de cemento. daba al valle. daba a la montaña. daba a la noche. daba a la tormenta y a las luces de los pueblos vecinos. daba a los rayos, a los relámpagos y hasta se podía ver más allá de las estrellas.

la primera vez que me llevaste ahí, subimos por el alambrado que estaba roto desde hacía un tiempo. tratamos de esquivar los fardos y la perra ladraba desde abajo. me diste una mano para ayudarme con el envión, pero no quise tomarte. podía sola. una vez arriba, cuando terminaste de mostrarme el panorama y de darme un pantallazo general del lugar, dijiste que éste era tu escondite preferido y que tenías la costumbre de subirte algunas noches a tomarte una cerveza.

- te invito una de estas noches, antes de que te vayas. te parece?

y me terminé quedando por cuatro días más desde esa primer conversación. la noche que decidí que tenía que seguir viaje, la pasamos juntos para despedirnos. nos habíamos hecho naturalmente muy cercanos y muy compañeros.

ya era de madrugada cuando terminó la película del músico de blues de louisiana que vimos. no me acuerdo el nombre de la película pero me acuerdo que la cerveza ya la habíamos tomado toda cuando nos dimos cuenta de la hora. así que, subimos al techo para ver la tormenta.

- y qué te trajo por acá?

- estoy de viaje.

- y por qué viajás sola?

- porque ésto, ésto y aquéllo. y ésto, y ésto, y más allá. también ésto otro sumado a ésto último. tengo tantos años y todavía no hice un viaje sola. cuando me lo planteé, ni lo dudé y me vine. y vos? contame de vos ahora.

lamentablemente, ambos somos fumadores compulsivos y nos estábamos portando como unos compulsivos conversadores cuando, cigarrillo tras cigarrillo caramelo tras caramelo, nos agarró el frío y pensamos que lo mejor era ir a buscar unos mates para juntar calor y para juntar coraje. fuimos a la cocina y pusimos el agua. agarré más caramelos y más cigarrillos, un pañuelo, el buzo y me fuí al baño. cuando ya estuvimos listos nos hicimos el mate, pero mate del especial del que solíamos compartir. del que lleva cáscara de naranja, una cucharada colmada de azúcar y cedrón fresco recién arrancado, del que se mezcla como si fuera el ombligo de la yerba. del que lleva el primer trago de agua de costado para ubicar la bombilla. con el mate y el termo, en tu brazo y en mi mano respectivamente, nos fuimos a subir el granero una vez más. pero corría tanto viento que lo solucionamos con el mejor sentido común posible.

vayamos a buscar calor. mejor bajemos y nos refugiemos en el escalón de la puerta cercana a la tranquera bajo ese árbol y continuemos con la animada conversación que estamos dibujando juntos. ninguno de los dos parecía tener sueño. además justo estaba amaneciendo. qué hermoso.

-quedémonos a ver ésto- solté, con el mate en una mano y ya tu mano en la otra. tímidamente, me invitaste con el gesto de rozarme el hombro. empujaste tus alas contra mis alas y no me quedaba más que ponerte las palabras justas ya que no podía ni mirarte a los ojos.

- no cachondees, che. no podés tomar. estás ocupado.

- risotada.

- es la verdad. qué te pasa? porque a mi sí me está pasando algo con vos pero me la puedo aguantar.

- es que no quiero que te vayas. y algo se fue dando, no te lo puedo negar. además, quién me va a cebar mate mientras me hace compañía?

- mirá, yo tengo que seguir viaje. estoy empezándome a sentir demasiado cómoda y bueno, está todo bien porque yo estoy libre, pero vos...

- sí. ya lo sé.

- ...te vas a tener que bancar lo que te pase después. mañana. cuando yo no esté y te quedes solo con tus pensamientos hasta que ella llegue.

- si ya sé. es que estoy desorientado. es la primera vez que me pasa algo así. yo a ella la quiero. salimos hace poco y está todo bien. la quiero seguir conociendo. pero siento que no le creo todo lo que dice de lo que siente por mi.

- boludo, hacete cargo y no la proyectés a ella. no seas injusto.

- pero es lo que me pasa. que sé yo... estoy dispuesto a bancarme lo que sea que tenga que venir. vos no tenés que preocuparte por mi.

- es que la carne es débil, no hay con qué darle. pero quiero aclararte algo, que yo esté libre no es razón para que me juegues.

- no te estoy jugando. te juro que me desconozco. siempre juzgué mal a la gente que hace este tipo de cosas pero ahora siento distinto.

- es que cuando juzgás mal algo la vida se encarga de ponerte del otro lado. vas a ver... me pasó mil veces.

- escuchame. ésto que hay acá entre nosotros es hermoso y es para nosotros solamente. yo quiero estar con vos ahora y quiero estar cerca tuyo esta noche.

- y yo también.

- entonces, seríamos dos estúpidos si no nos dejáramos llevar por la corriente de aire de las sierras que se prenden fuego al amanecer de este día.

y entonces, nos permitimos amarnos.

sábado, 21 de mayo de 2011

ejercicio



sólo eras libre cuando no deseabas nada.
sólo serás libre cuando no desees nada.
sólo sos libre cuando no deseas nada.
sólo sos libre cuando no deseas.
sólo sos libre cuando no
sólo sos libre cuando
sólo sos libre
sólo sos
sólo
sos
.
sos
sólo
sólo sos
sólo sos libre
sólo sos libre cuando
sólo sos libre cuando no
sólo sos libre cuando no deseas
sólo sos libre cuando no deseas nada.
sólo serás libre cuando no desees nada.
sólo eras libre cuando no deseabas nada.

jueves, 19 de mayo de 2011

perro sarnoso

en provincia no es lo mismo que en capital. en provincia hay mucha gente que se conoce en la escuela, pero hay más gente que se conoce del barrio. el barrio no siempre queda cerca del colegio. el barrio es algo sagrado en la provincia. el barrio es algo que se conoce bien. y especialmente bien, se conoce al vecino. se saluda al vecino de la cuadra. se saluda al vecino del barrio. en provincia no es lo mismo vivir de un lado de las vías que del otro lado. no es lo mismo estar cerca de una ruta que de la otra. no es lo mismo tomarte el tren en una estación que en la otra.
en principio, en ese lugar de la provincia teníamos amigos en común, amigos de otros amigos que no eran del colegio, pero eran del barrio. nuestros amigos y nosotros éramos la parte del todo de una generación que se ocupó, incipientemente, de cuestionar los valores vigentes. cuando llega el momento de adolescer de respuestas, se buscan experiencias que ayuden a encontrar las propias respuestas. eso genera una vibración que resuena y que nos guía. buscamos a ciegas absorver de la misma onda de búsqueda. esa gente, generalmente, se encuentra cerca. los wannabe artists emprenden diferentes búsquedas individuales, pero colectivamente complementarias. hay quienes se unen al taller literario. quienes se dedican a practicar hockey. quienes se toman el tren al pueblo cercano para formar parte del grupo de teatro municipal, quienes ya tienen novio y quienes ya tuvieron relaciones, quienes no dieron ni el primer beso, quienes se dedican a aprender algún instrumento. quienes van al boliche hasta la madrugada, quienes ya tuvieron la primer borrachera. quienes siguen jugando a las muñecas. quienes arman su primera banda.
tu grupo y mi grupo se encontraron en una kermese un día sábado. tu grupo, me acuerdo, trajo una o dos criollas. había un karaoke organizado y yo me había anotado para cantar un tango, los mareados. se pasaba de a parejas. a mi me tocó pasar con un viejo que me ayudó a acomodar unas cuantas notas que trataba de no pifiar
tu grupo y mi grupo nos seguimos frecuencontrando durante los años y nos hicimos muy cercanos; especialmente, cuando terminamos el calvario de la secundaria y cada uno pudo ser más sí mismo. tu grupo y mi grupo nos empezamos a mezclar y a emparejar. recuerdo que nos compartimos varios amigos. vos también lo recordarás.
un día, vos y yo nos cruzamos en un bar que pasaba buena música y tenía la cerveza barata. ese día no sé qué fue exactamente lo que nos unió, pero sucedió que se hizo de día y nos tomamos juntos el colectivo al barrio que quedaba del otro lado de la vía, del otro lado de la estación, cerca de esa ruta del acceso oeste. estabas alquilando con un amigo que se creía fundamentalista, una casita. dormían en la misma habitación que no se separaba de la cocina. cuando llegamos él estaba dormido en un sillón cerca del baño. tratamos de no hacer ruido. pusimos la pava al fuego para desayunar unos mates amargos, pero el agua seguía hirviendo y decidimos apagarla cuando nos fuimos al colchón que estaba tirado en el piso.
todo pasó tan rápido que no quise quedarme dormida. cuando me di cuenta de que tu voz sonaba a tabique pulverizado, que tu aliento se había vuelto tan áspero como el alquitrán y que te empezaste a poner nerviosito cuando te dije que no, me ví en el infierno mismo. sin protección no hay amor. pero vos no sabés cuidarte porque viviste siempre al filo de la navaja. por ende, no sabés cuidar al otro. y yo tampoco. qué pretendía?
la última vez que te ví, fue en una fiesta en el barrio de mi infancia cerca de la ruta de acceso oeste. nuestros amigos en común seguían frecuentando espacios en común. yo, ya quería irme a otra parte. la última vez que te ví te estabas cerrando el cierre del pantalón porque acababas de echarte un meo en el cantero de la casa de mi amigo.
- hola, cómo estás tanto tiempo?
- bien. vos parece que seguís igual. la última vez que te ví también te estabas cerrando el pantalón.
y ambos soltamos una gran carcajada.

miércoles, 18 de mayo de 2011

el florista y el florero

fue en una fiesta de disfraces por la zona de carapachay. la entrada era paga incluyendo la consumisión y el transporte. el grupo de gente disfrazada salía del microcentro. pero primero se juntaban en el departamento de una de las chicas y de allí salían a tomar el subte. ella eligió un disfraz para nada sensual, nada de diablita ni de conejita de playboy. un vestido con volados y largo hasta por debajo de las rodillas color camello y con estampas hindúes de pareo. unas plataformas marrones que le sacaban la ventaja de diez centímetros. un cinturón ancho de gamuza a la cintura y muchos colgantes. collares larguísimos con piedras terracota, pulseras de madera floreadas, un par de aros largos de bronce y el típico lazo en la cabeza con el pelo planchado que le llegaba hasta la cintura. el disfraz resultaba un extraño intento de hippismo chabacán. se embadurnó los espacios de piel al descubierto con purpurina dorada y el rímmel negro le sirvió para hacerle honor a sus pestañas tupidas. para concluir, se dibujó un lunar al costado de la boca y una flor en el pómulo contrario.
la fiesta no venía bien encaminada y ya habían pasado dos largas horas. hacía frío para ser comienzos de diciembre. el pasto estada húmedo. la bebida era escasa y la música dejaba mucho que desear. no quedaba otra que moverse por inercia. por lo que se ponen a bailar las chicas en ronda. al rato se acerca un pibe de mediana estatura, pelo largo y lacio, tez oliva que le pregunta de qué se había disfrazado, si hacía mucho que venía a estas fiestas, cómo la estaba pasando. la agarra de las manos para guiarla y la lleva de maravillas al ritmo de la cumbia cuarteto. bien, piensa ella. sabe moverse. sabe moverme. bien. llega el amanecer. y con el amanecer el beso. un beso tierno a la vez que erótico. no sólo se entienden bien bailando sino que se entienden bien transando. el escenario no puede ser mejor, pero llega la hora de irse y el micro espera en la puerta. intercambian teléfonos y quedan para otra vez.

llega un mensaje de texto. hermosa de acá, bombón de allá. que cómo estás. que cómo te trató la vuelta, etc. le responde. bien. todo bárbaro. otro mensaje. a qué hora te puedo llamar. ahora sería un buen momento. ok.
-sabés qué, te tengo que confesar algo, no me acuerdo de tu cara porque estaba muy borracho, pero mis amigos me dicen que estas muy buena. y tu voz me encanta, así que cuándo nos vemos? ya sé. te paso a buscar este sábado. podés? quedemos a las ocho.
suena el portero. contesta que ya baja. chequea por última vez el espejo. cierra la puerta. toma el ascensor. abre la otra puerta y ve estacionada sobre la acera una camioneta blanca estampada con retazos de flores en colores flúo y un logo gigante que dice flores antolín.
el pibe la saluda desde el asiento de conductor. se baja. le abre la puerta. le dice que sus amigos tienen razón. le da un beso. le cierra la puerta. se sube al camión. le agarra las manos. le hace un comentario sobre el maquillaje y la vestimenta. se van acercando cada vez hasta quedar frente a frente. él le toma el cuello lentamente, le acomoda la cara, le corre el pelo y le da el primer beso de la noche. besos mejores que los últimos que ambos recordaban.
- te voy a llevar a un bar que conozco. queda en zona norte.
- dale. me gusta la idea. el tema es que después no sé cómo volverme.
- pero cómo me vas a decir eso? yo te vine a buscar, yo te traigo.
- bueno, gracias.
santa fé, juan b. justo, acceso norte, panamericana, avenida importante de zona norte. bar chetísimo. todo blanco manteca. mesa de madera sobre la amplia vereda. sombrilla. sillón de cuero. vino tinto. éste. y ésta picada. parecen entenderse. parecen hablar el mismo dialecto. la conversación va del frío al calor del pasado al presente. de relaciones anteriores primeras veces. y cada tanto otro beso. y cada tanto acariciarse las manos porque se están conociendo.
-voy al baño.
- bueno, dale. pido la cuenta, te parece?
-como quieras. después dividimos.
-vos estás loca? yo pago.
- bueno. gracias.
- vamos que te llevo. por autopista son veinte minutos. la pasé bien. te quiero volver a ver.
-yo también. hablemos en la semana.
-dale. hasta luego.
besándose les resulta difícil detenerse. pero tienen que despedirse.

mediados de semana, otro mensaje de texto. que bombón, que preciosa, que cómo estás. que bien. que un poco cansada. pero por suerte está acerca el fin de semana. qué bueno, qué bien. que yo estaba pensando este jueves. que qué te parece. que bien. que trabajo hasta las seis. que estoy en zona norte. que ok que te llamo.
-bárbaro porque te iba a decir de venir a buscarme al negocio. yo no puedo salir antes. tengo que cerrar. queda cerca de tu trabajo. te tomás el colectivo rojo y blanco con el cartel amarillo en el puente y te bajás en la avenida al 4800. vas a ver un cartel, el de la florería. te espero ahí.
-ahí estaré.

ahí estuvo. estaban cerrando cuando llegó. había un perro enorme, pesado y viejo. lo llamaban bernardo. ella mira atentamente cada detalle tratando de imaginar algo más de lo que puede recordar. los arreglos. los floreros. las fotos. él despide al último empleado y a su hermana que lo mira con cara de traste y le hace un gesto que no pasa desapercibido para ella. hay algo raro. él le contesta con otro gesto y con un, no te metás. la hace pasar al piso de arriba. suenan los all stars haciendo the dark side of the moon. ella pregunta quienes son. él le cuenta y le ofrece algo de tomar. ella le pide un vaso de agua. ve una imagen del papa juan pablo segundo. hace un comentario sarcástico y desacertado. nota que el flaco lleva colgada una gran cruz en el pecho. decide callarse para mejor. él le dice que tiene que terminar unas cosas en el depósito de flores. ella encantada, se suma. recorre el pasillo del gran vivero. se detiene en la parte de las orquídeas. le cuenta que una amiga trabaja haciendo arreglos florales. él le cuenta que las rosas las importan de ecuador y que para trasladarlas, el avión tiene que estar equipado con cámaras de frío. además, se almacenan a x grados porque así conservan el aroma original. él termina lo que tiene que hacer y luego le propone ir a otro lugar más cómodo
-te parece ir hasta pacheco?
- me suena, pero no tengo idea de dónde queda.
- es por acá cerca. ahí tenemos una casaquinta.
- y ahí no hay nadie?
- no. sólo nosotros.
- me parece. pero mañana tengo que estar a las ocho y media en el trabajo.
- sí. yo también. nos levantamos temprano. te va a gustar.
él hace un llamado rápido. mamá, no me esperes en casa. y otro llamado rápido. che, marcos, te queda algo de lo de la otra vez? ok. será otra vez. después hablamos. llegan a la casaquinta. piden una pizza delivery. otra vez ella sugiere ir mitad y mitad. otra vez él se niega rotundamente. mientras esperan que llegue se fuman unos mentolados y se hacen confesiones. comen. se terminan dos cervezas. entonces, él sugiere que porqué no se dan una ducha. cada uno por su lado obviamente. algo que a ella le resulta extraño, pero dicho de la manera exacta logra su adhesión. se encuentran en la cama. ponen el despertador. hay algo que no funciona. algo que no concluye. hay algo que sale mal. algo que se rompe. se quedan dormidos rápidamente. se levantan muy temprano y mientras ella se arregla y se da otro baño rápido, él prepara café para los dos. la acerca al trabajo. durante el día ella le mensajea que para evitar la duda y la consecuencia de lo que ocurrió, va a tomar unas pastillas. él lo menos que puede hacer es llamar para saber cómo está. pero no. esta vez no llama, no mensajea, no constesta, no aparece. ella en cambio, decide instigarlo. le cuenta a una compañera del trabajo de la aventura. ésta chica decide tomar cartas en el asunto. agarra el teléfono de la oficina para llamar a ese celular. atiende él, pero nadie contesta del otro lado. cortan. se matan de risa. siguen haciendo esto toda la tarde y todos los días durante dos semanas. el último plan se le ocurre azarosamente. googlea el nombre del pibe y aparece la página web del negocio. decide dejarle un último mensaje expresamente dirigido al hijo del dueño, firmado anónimamente, para sellar el asunto. iglesia e hipocresía suelen acostarse juntas.

debajo de la alfombra

el colorado tenía familia en uruguay. los padres habían militado en el partido comunista y se tuvieron que venir a buenos aires. armaron un familia. nació primero el colorado y después el otro hermano. los padres se separaron eventualmente y el viejo armó otra familia, de la cual nació una hermana que el colorado adoraba con locura y con la cual iban a andar en bicicleta los fines de semana.
el colorado estudiaba ciencias de la comunicación y vivía en el barrio de palermo. su otra pasión era la fotografía. sacaba buenas fotos. tenía un gusto depresivo de música. fanático de u2, pj harvey, radiohead, pearl jam, y los ramones. el colorado era un auténtico guerrero.
se conocieron trabajando en un call center. el ritmo era aplastante. si no te agarrabas un ataque de pánico, perdías quince kilos o tenías ganas de matar a todo el que se te cruzara en el camino.
se veían en el semi-turno cuando hacían el cambio. se habían pegado algunas miradas disimuladas. cada tanto, cuando coíncidían los horarios, se encontraban en el coffee room, se fumaban un cigarrillo y se preparaban el café de máquina que les habían asignado por tarjeta el empleador. esos momentos que tenían de descanso, se contaban algunas cosas. parece que su novia de uruguay lo había dejado. el colorado estaba destruido pero sólidamente compuesto. ella, en cambio, era un desastre de nervios y de pastillas. tenía una mala relación con un fulano que estaba del remate y la estaba arrastrando a ella a los bordes de la locura.
- qué te pasa? estás bien?
- no. la verdad es que no. este tipo con el que estoy saliendo, no lo entiendo. me dice que sí, después me dice que no. yo quería verlo hoy...
- bueno, no te preocupes. fijate si vale la pena. y sino, ya lo vas a solucionar. igual te entiendo. hace poco que mi novia me cortó.
- tu novia...?
- si. es de uruguay. me pide un tiempo y yo no creo en los tiempos.
- no, claro. mejor cortar de una. la agonía no tiene mucho sentido.
- exacto. pero bueno, lo estoy sosteniendo lo mejor que puedo. siento que algo mío se muere y no puedo hacer nada para revivirlo.
-es tal cual la sensación; un parte tuya que se muere. conozco de ésto. es desgarrador el dolor que se siente. pero sólo la primera vez. después ya te acostumbrás y te protegés antes.

un día les tocó trabajar juntos. ella no sabía cómo manejar el programa de los accidentes de auto. él le ofreció inmediatamente su ayuda. hasta le mostró unos trabajos en paintbrush que había hecho cuando le daba el tiempo en el call. también pasó el email y le pidió el teléfono. ella se lo dio, total, qué podía perder. el otro fulano seguía sin contestarle las llamadas. de hecho, había decidido cortar todo y ella no pudo más que aceptar esa decisión en contra de su voluntad. esa vez fue la última vez que se vieron en el trabajo porque días después llegó un telegrama de despido y dejó de frecuentar el callcenter.

una noche, ella estaba en el departamento. se estaba preparando unas criollitas con mantecoso. tenía ganas de tomarse unos mates también. y mientras volcaba el nuevo paquete de unión en el frasco, sonó el teléfono. era el colorado. qué alegría.
- hola, cómo estás?
- hola, colo?! bien, acá me estaba preparando algo para comer. qué sorpresa!
- sí. me enteré que te despidieron. qué pasó? son unos hijos de puta!
- mirá, la verdad es que tengo un mix de sensaciones. por un lado me siento aliviada porque odiaba ese trabajo, pero por otro, tengo bronca. no me lo esperaba. la hicieron bien. era yo la que no estaba haciendo bien las cosas. en fin...
- seguro que vas a conseguir algo mejor. no te preocupes. y si sé de algo te aviso... che, estuve pensando, no querés que vayamos a tomar algo uno de estos días?
- dale! me encantaría. perfecto. cuándo te parece? ahora mis horarios son totalmente flexibles.
- viernes o sábado. podemos ir al cine. qué pensás?
- me encantó la idea.

fueron al cine a cuadras de la feria. caminaron. por momentos hablaron, por momentos no había de qué hablar. fueron a tomar unas cuántas cervezas con pizza a un bar cercano a la plaza que él le quería hacer conocer. y después fueron a la casa de él que quedaba por el barrio. él le mostró la terraza. tenía un árbol que daba unos frutos que parecían municiones y daban alergia. la madre adoraba las plantas, eso se notaba. tenía muchas macetas con flores. él le dijo que esperara allí, que iba a buscar algo más para tomar. ella se prendió otro cigarrillo mientras pensaba qué venía después, pero al segundo reacciona que es mejor interrumpir ese tipo de pensamientos. ya estaba jugada; había accedido a ir a su casa. era obvio que esa noche iba a pasar algo entre los dos. además, el colorado le gustaba mucho.
llegó con una botella de sidra y dos vasos. se acercó por atrás. no sabía cómo encararla. tenía que hacer demasiado esfuerzo. finalmente, le encajó un beso. ella respondió bien. pero se desmayó de la borrachera que tenía encima y del susto. él la llevó a la habitación. la recostó en la cama. le fue a buscar un alikal, le acercó el vaso. ella terminó de un sorbo el agua y al minuto se quedó dormida.


martes, 17 de mayo de 2011

un trayecto

el tipo alto, flaco, desgarbado como un garabato, abrió la puerta del onceavo. tenía una letra que se le caía por desgaste y por tiempo. en vano, trató de acomodarla. se saludaron con un beso profundo hasta el paladar del otro y ella, con cara de pelotuda perdidamente enamorada, le acercó un vino que compró a último momento en los chinos que seguían abiertos a esa hora.
- que rico, pendeja. gracias por el regalito. lo pongo en la cocina cerca del fuego para que vaya tomando temperatura, si?
- descorchadlo, primero!
-teneís razón pupilenta. pero descorchadlo vos, que estás más cerca.
- pará. primero, dónde dejo mis cosas?
- ay disculpame. dame. yo las acomodo.
- tomá. gracias. mientras, yo voy ocupándome de ésto que está tré magnifik.
- dale, después pasá al living y ponete cómoda. estoy cocinando algo que espero que te guste. no tenía para más. hoy no tuve tiempo de ir a buscar la plata que el osobuco de mi padre me tenía que dar para la medicación.
- entiendo. no te hagas drama. no me fijo en esas cosas. además, como soy una pendeja recién salida del cascarón, no me voy a dar cuenta de estos detalles tan rápido. me va a costar de acá a unos años. te cuento que ya sé lo que va a pasar.
- sí. yo también. por el momento sólo quiero una compañía que me escuche. y te elegí a vos porque no solés hablar demasiado y no tenés el carácter de ordenarme que me calle porque te aburre lo que te cuento. de hecho hasta te diviertís porque siempre te gustó escuchar. el sonido es lo tuyo, pupilenta.
-cosas como éstas voy a escuchar a menudo. cuando ya no sepas cómo detenerme a tu lado, me vas a decir muchas cosas que suenan bien, y después me vas a decir otras tantas que me desarmen la poca autoestima que me queda; y en el interín nos diremos otras tantas que nos harán tirarnos platos, vasos, agua fría, golpes y patadas.
- pero también vamos a tener una química celestial.
- es cierto. vos y yo juntos, somos increíbles para algunas cosas y desastrosos para tantas otras... por eso te voy a venir a visitar seguido y voy a hacer hasta lo imposible para verte.
- sabés que soy tu maestro. nos reencontramos en educacional. te acordás? yo venía de resucitar y necesitaba sangre joven. vos tenías que nacer y necesitabas quien te enseñe algunas cosas. voy a dejar una marca en tu vida.
- mi vida es un antes y un después de vos. a veces no sé si agradecerte o si putearte hasta resto de mis días. por eso te quería conocer ahora. me parecía mejor nacer joven que nacer tarde. yo vine a buscarte. un fin de semana atrás hice un seminario en un colegio católico de pupilos de la zona de moreno. había un jardín y una fuente con peces en la parte interior del claustro. y ahí me tiré unos minutos para pensar y te pedí.
- pero si nos conocíamos de antes. nos encontramos de casualidad en la clase de francesa y armamos un grupo de estudio. hacía un par de años que nos habíamos perdido de vista. pero por esas cosas que pasan cuando tienen que pasar nos volvimos a encontrar. y vos me buscaste esta vez...
- si. te metiste en una clase porque te interesó lo que decían. resultó que era el teórico de una materia que había empezado a cursar y te vi entrar de costado. cuando te fuiste porque la clase terminó, yo te seguí.. nos saludamos y me contaste un poco en qué andabas y quedamos en vernos. como nos habíamos mudado en el interín y habíamos cambiado de teléfono, nos los volvimos a dar.
- y te llamé a los días. quería verte. quedamos en que venías un día a cenar.
- sí, un día de semana, después de la clase de portugués. yo ya vivía en centro. no me acuerdo si trabajaba. me parece que todavía no.
- no. trabajaste después. alguno de los dos tenía que hacerlo y como yo no podía porque estaba deprimido, vos te dedicaste a encontrar un trabajo para pagarnos los vicios.
- si. me acuerdo que todavía tenés una deuda conmigo, pero no quiero reclamarla porque ya la dí por perdida.
- che, querés fumar algo?
- a eso vengo también.
- bueno. sentate tranquila. yo te atiendo. mientras se va cocinando lo que estoy haciendo ya podemos ir sirviendo el vino.
- ya están los vasos. los traje acá. tomá. y pongamos algo de música.
- bueno, te voy a mostrar algo a ver si te gusta. son de finlandia pero parecen de otro planeta. estoy loco con ellos.
- cómo se llaman?
- nightwish.
-buen nombre. pasame el libro del cd que quiero ver las letras. están traducidas?
- no sé. no me fijé. buscalo vos que me voy a chequear la comida. está ahí sobre la repisa con los otros libros. querés pan?
- depende. puede ser. mejor sí. dame algo que tengo hambre. a parte el vino necesita ir acompañado para caer bien. se puede fumar acá?
-sí, ahí tenés los ceniceros. ahora vengo.

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domingo, 15 de mayo de 2011

cacto


habrá guerra y habrá paz. dos pájaros se miraron al espejo y vieron los mismos ojos. un ángel que pasaba por ahí les bromeó un secreto sereno... amor eterno... praderas por las que vuelo de vez en cuando cuando reposo en la estela de esa paz y de aquel recuerdo. durabilidad es aquella que es inolvidable como la acera de las estaciones. la última estación es la primera y todo de nuevo otra vez.
corazones que caminan juntos

sábado, 14 de mayo de 2011

raíz del asunto


por lo inoportuno y lo no esperado. no te conocía entonces. no tenía demasiado que ofrecer. un ombligo con pelusas de invierno y semillas que descansen en la tierra. eclipsamiento de paladares foráneos e instantáneos. creo que fue la superficialidad que encontré en el asunto. no pude dejar de pensarte y de mentirme a menudo. pero ahora que veo la cuestión, me doy cuenta de que estoy equivocada y de qué no sé cómo remediarme. no te pude mirar a los ojos. demasiadas chispas hubo entre nosotros. ahora te sigo buscando pero ya no sé qué cara ponerle a tu foto. perdí mis palabras. estuve detenida. y aunque lo deseara, no puedo abrir esta puerta ahora. no sé hacia dónde se dirige la flecha que ha de cazarme. mejor dicho, sé hacia dónde se dirige, qué tonta. pero no sé de dónde viene. se llama incertidumbre y se llama destino. la llama ansiedad y la llama impaciencia. intensa necesidad de apresurar los acontecimientos para que sean duraderos. digo, los verdaderos. los que perduran por siempre.
perdida por ganada.

estoiapuntoderaparmelacabesasibeomastixerasamano.

sábado, 7 de mayo de 2011

recuerdo de estación


me veías como a una niña mágica. así me decía tu voz almendra entre instantes.
y yo quería ser una mujer hechicera encantadoramente enchastre. demasiado oscura para ser brillante, terrenal a la vez que seducción. sabías qué el plomo es el metal con mayor gravedad.
y las cadenas,
las cadenas se irán fundiendocon el tiempo.

domingo, 1 de mayo de 2011

oh gramática, qué me has hecho, qué has hecho de mí.


quien tenga miedo de ser quien es, que sea. los miedos se irán despejando durante. con el poder de la voluntad -que se tiene o no se tiene- se forja el ser. no nacimos para ser forreados ni para ponernos en situaciones incómodamente extrañas. tampoco nacimos para forrear; se nos puede tildar de contradicciones pero jamás de hipócritas. el que se cree el primer justo es, luego, el primer burócrata de este fucking paraíso ilegal. el viejo reza juzga como quieres ser juzgado. nacimos, en principio porque se pinchó el forro o porque no usaron forro. y dejemos al forro afuera de este asunto.
nacimos.
BUA AA BUA AA.
y la gramática ya estaba en nosotros. implantada como un chip que programa al ser animado con la ficcional herramienta del lenguaje , pero herramienta al fín. son casilleros vacíos, dijo el viejo otra vez. la estructura es como una espina clavada que dejó tras de sí su huella. la red de electrolitos conectados entre sí como un arborescente dibujo cerebral. hay que seguir las pistas. luego vino la influencia del ambiente al que fuimos a parar. el primer ambiente que tuvimos que decodificar para sobrevivir cuando nos hablaban en lenguas extrañas. éramos intranjeros intransigentes. éramos los nuevos. teníamos que adaptarnos y hacernos conocidos entre nosotros. es la iconicidad del lenguaje, dijo el viejo otra vez. y yo interpreté que si nos bienvenían habríamos de corresponderles. es más, habríamos de correspondernos los unos a los otros. amen.
el aparato fonador hizo lo suyo: te traduzco en aire lo que viene del éter. te traduzco del aire lo que tallo en la tierra de la lengua. te traduzco lo que imito. te cuerpo y me cuerpo.
materia y energía en conversación dialécticamente infinita reciclate limito pero te contengo.