la mula mulera

(Hybrida II)

Seguí pensando en este tema, porque me tiene en proceso desde hace algunos días, varios. Me sentí aliviada de poder sacarlo afuera y conseguirle una palabra que lo definiera aunque sea sólo parcialmente. Es un factor ubicable ahora desde dónde se puede empezar a reconstruir historias, ensayar respuestas, hacer caminos. Me hace muy bien el feedback.
Querría encontrarle alguna precisión más justa, y por eso empecé con el ejemplo del trabajo. Esto de no jugarse, de no comprometerse, puede ejemplificarse desde el trabajo actual, pero no sólo desde ahí, sino como lo lejanamente necesario para poder pensarlo y admitirlo más fácilmente. Yo creo que este retraso que llevo en crecimiento y maduración tiene relación con la sobreprotección previa sumando la sensibilidad extrema y la inseguridad socavante del fundamento. Cuando hemos sido criados con miedo a equivocarnos y al error, perdemos tiempo al sobreadaptarnos justamente porque lo que sobreadaptamos en algún momento va a hacer agua, y vendrá la inundación. Es un parche en una pelopincho. Tapa, pero no cura. Nacer de nuevo no se puede, el tiempo transcurrido es irrebatible, contra él no me he puesto. Sólo me he dado cuenta de que el tiempo que supuse "ganar" tomando decisiones apresuradas de tiempos ajenos, eso está claro, dio como resultante este atraso. Eso también tomando en cuenta la personalidad y la esencia de cada quien. No me toma por sorpresa admitir que soy voluble y endeble en muchos aspectos. Y claro, esto de conectar con el deseo es algo relativamente nuevo para mi. Antes siempre estuvo el deber. Recién ahora le puedo ver la cara al deseo, aunque sea puedo ver su reflejo detrás de la máscara miedosa. Yo qué sé qué pasó, qué falló, qué no fue, o fue mal, o fue lo que no se esperaba... eso probé es inútil de resolver, puede servir durante el tiempo de reconciliación interna, para admitir viejos rencores, pero luego es inservible e inútil y es más, sigue retrasando el proceso.
Lo de ser un hybrido tiene más relación con este eclipse cuadrado entre la identidad y la ilusión. El desconocimiento personal con el cual nací, lo que hace sea una niña todavía. Y capaz lo siga siendo internamente toda mi vida hasta que muera niña. Ahí no se inscribió el significante sabio. Es como lo que se llama el punto ciego del ojo. La inquietud va más profundo, cala más hondo. Creo que para coordinar mi edad personal con mi edad cronológica, tengo que saldar el desfazaje,y aún así no sé si llegaré a saldarlo del todo. Y se salda, pues cómo? Se pagan esas deudas culpables con tiempo para ensayo y error. Entonces se empieza a vislumbrar el deseo cada vez más próximo y evidente. Pero para ello algunas concesiones traen angustia, como por ejemplo cuando me pongo a llorar frente al monitor y al teléfono en el laburo. Como no me castigan ni me maltratan, aunque los neuróticos seamos masoquistas torturados y torturadores imaginarios, y es poco tiempo y tengo otro tipo de tiempo libre para dedicarme a lo que me gusta, aunque sea momentánemente, a vivir el verano en capital... no me resulta un sacrificio terrible aunque si una pérdida de tiempo, para ganar plata, pero con la ilusión y los prejuicios de que en una empresa me pagarían mejor que haciendo mi propio laburo, lo que yo se hacer, por mi cuenta. Ahí entra el hybrido en juego... si yo realmente sintiera que por ejemplo, la escritura es lo mío y sin ella no puedo vivir, ni tiene sentido mi vida, pues no la resignaría por estar atendiendo llamados telefónicos de fulanos y menganos de zaraza. Si yo jugara esa pieza, ese número fundamental, arriesgara por ejemplo la estabilidad laboral ficticia, por aquello que realmente alimenta mi alma, si yo pudiera hacer eso, sería un ser mucho más feliz y me importaría poco el miedo. Pero en mi ser está primero el miedo conservador, la parte genética de cordura de establishment, capishe? luego vienen aquellos sueños destellos de locura...y así tampoco se presentan oportunidades porque mis actos no están siendo guiados por el juego de azar de corazones latientes, sino por las pseudoconvicciones en gris media, lo que llamo cobardía. Y es que tampoco me va el extremo, no me identifico con fanatismos. Pero audacia es primordial para que la vida valga la pena y sea digna de ser vivida en su plenitud de potencial. Otra vez, si no te jugas, tampoco ganás. Y si te jugás y perdés, es incluso mejor que seguir en el sopor conforme del promedio.
Seguiré con este dilema... necesito entender y hacer en consecuencia.