y mientras, tanto.

Lamentablemente no se pueden subir archivos de audio solamente, porque tengo una colección de sonidos del viaje que quisiera compartir, pero intentos quedan ahí, estériles. ¿Y qué hacer con el material en bruto? pues pulirse uno lo suficiente para generar algún otro producto propio. Sólo necesitaría instrumentos que no sé cómo manejar ni sé cuáles son. Y mientras siga planteando así las cosas, estoy frita, como los cornalitos fritos vivos en la fuente de aceite.

Mientras tanto en ciudad gótica...
se preparan los finales parciales y totales.
se pelean por tv los enemigos.
se recuerdan los recorridos recientes.
se impacientan los analistas en la espera del insight que cambiaría el curso de la historia.
se sientan a hablar de amor en los banquetes, los filósofos.
se nubla y se enfría el suelo y cielo.
se repasan viejos argumentos, con blem y con dentífrico, para dar brillo a tesoros privadísimos coleccionados como hazañas en el aparador de la sala de estar.
se releen viejos apuntes hojeados con otros ojos, subrayados con otro resaltador.
se van de joda los viajantes y fieles e indómitas fieras, las chinas los esperan ya sin esperar nada.
se sacan cuentas, balances y deudas.

En el Santuario, ya hay otra Santa. Yo la ví. Y vi un juguete que camina sin parar cuando se le da cuerda pero sabe siempre parar en los márgenes de la mesa. Esa imagen y las palabras que lo acompañaron a todo aquello me dieron la pista que no deja de insistir para incluirse en el mecanismo de lo que deberá ser tan pronto como que ya está sucediendo. Y la clave es el triángulo isósceles. ¿Pero qué le puedo hacer? Definitivamente no ser vértice de tal triangulación. Que venga al juego otro elemento, también intuído, y se disfrace con pantimedias y polleras a la rodilla y con chinitas bordadas de flores. Y que por una vez gane el valor y no la mediocridad en estas cuestiones del amor. Mi juego es muy otro, y para entonces ya estaré a millones de años luz de este escenario. Entonces cantaré aquella canción del gurú Cerati, primera en el repertorio. Aquella que reza, "no vuelvas, no vuelvas sin razón". Y le seguiré con esta otra, "yo me quedo aquí" porque sino... "no aprendimos la lección" y finalizaré con esta otra, "no es soberbia, es amor, poder decir adios". Y bueno entonces allí recién podré vislumbrar que ha pasado tiempo, que ha corrido agua bajo el puente y que ya estamos grandes para boludeces.