abre acción

A raíz de las experiencias que tuvimos en grupo el año pasado del taller de creatividad en el Rojas, experiencias que nos convocaron varias veces al Planetario de nuestra querida ciudad de Buenos Aires para armar murales de pintura colectiva en tela, me invitó Mar a seguir pintando en grupo en su casa. Estos dos ejemplos son los primeros trabajos que salieron de esos encuentros y los rescaté recientemente, porque habían quedado enrollados en algún rincón de mi habitación. Visto con los ojos de ahora estoy muy orgullosa de lo que salió y por eso les doy participación en este espacio virtual. Ahora los volví a colgar en el placard enfrente de mi cama. Cronológicamente hablando, nacieron a fines del 2007, en plena primavera y renacimiento de la vitalidad que había quedado enterrada en aquella relación de la que siempre hablo para algún día dejar de hablarla. No las puedo analizar ni sacar conclusiones de su significado, lo único que puedo decir es que es una experiencia que no deben dejar de experimentar alguna vez y sólo es cuestión de animarse. A mi criterio cura, alegra, revitaliza, abreacciona y encima después de terminada es la satisfacción de haber hecho algo bello con aquello que muchas veces las palabras no alcanzan a decir. Salen cosas que pueden pasar desaparecibidas a nuestros ojos, pero después se comparte con el grupo del que fuimos parte y salen cosas interesantes en el proceso que nos va guiando sin necesidad de controlar ni siquiera los trazos que demos.

Este es el proceso del trabajo último, realizado en la madrugada de ayer. Lo titulo como el texto de Freud que estaba leyendo cuando estalló otra recidiva de crisis: Recordar, Repetir, Reelaborar. Gracias Mar, ¡pero borraste la foto que te incluía en el proceso! ¿por qué? y gracias por tirarme el salvavidas una vez más porque apolinario se hubiera inundado con el llanto y yo me hubiera ahogado en un vaso de agua una vez más.