domingo, 17 de abril de 2011

re educación

no quiso amar, quiso más. y no se repueba la concienzuda acción. prefirió la abstención a la diversificación de los intereses. qué le podés reprochar. aquel enojo que todavía tenés que dejar partir. como la conjugación de los verbos que nos enseñaron en la infancia: amar, temer, partir.
estamos jodidos.

por alguna razón tenemos memoria. si no supiéramos de finitud no hubiésemos trazado la línea. no hubiésemos tomado la fotografía. pero porqué una línea y no una curva o un espiral psicotizado? es por la recta. primero aprendimos la recta numérica y aprendimos de geometría, pero años más tarde nos dimos cuenta de que existían las ecuaciones de gráfico matemático en donde en un plano virtual podemos proyectar nuestra propia ecuación corporizada en tres dimensiones para observancia del ojo en su profundidad. cuando aprendimos la recta entró en concepción el doble juego del cero, del menos y del más. como los lagos que reflejan la montaña en su dimensión subvertida. la realidad de cuatro puntas. arriba abajo al núcleo a la periferia, al centro y adentro.
no nacemos sabiendo que morir también es ley de vida. pero esto lo podemos decir después de que nos hemos tamizado el cerebro en la institución circundante que nos tocó en suerte. los niños lo saben primero y lo olvidan luego. es demasiado luchar contra los parámetros desde tan joven. los domadores de niños que estamos en la educación sabemos de qué se trata. es un trabajo de reciprocidad y de responsabilidad. porqué vamos a cagar la cadena del circuito mundial. vamos a corregir cuando nos corregimos simultáneamente. los enfermos casi no sabemos de la responsabilidad de enchastrar los vínculos con el semejante. algunos somos corregibles, otros incorregibles.
se requiere de mucho valor para enfrentar el núcleo patético del ser. no es cuestión de perderse en la oscuridad sólo por el hecho de asumir que tenemos eso. a la vez, también tenemos la posibilidad de elegir algo diferente. por una vez y para siempre desde este momento. requiere de esfuerzo de parte de nuestra voluntad. porque esa energía destinada a moldear el capricho es la misma energía que se pierde si no sabemos usarla correctamente.
frená ahí. te diste cuenta.




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