La propuesta sonó interesante: "Cierren los ojos, concéntrense en una pregunta que ni el I-Ching les puede responder, y dejen que sus manos guíen el lápiz sobre la hoja de papel...déjense llevar..." No me costó demasiado comenzar a dibujar. Sí me costó concentrarme en una sola pregunta. Por mi cabeza desfilaban pensamientos en torno a una decisión recientemente tomada, que iría entendiendo con el correr del tiempo y del lápiz.
Una vez que terminamos de dibujar, la siguiente propuesta fue que encontráramos figuras con sentido entre todas esas líneas y que jugáramos con los colores para darle formas reconocibles. Luego que les pusiéramos palabras, metáforas. Luego que escribiéramos algo acerca de eso. Finalmente que le diéramos un título...
La propuesta resultó más que interesante. Inspiradora. Catalizadora. Regeneradora. Y me encontré con un grupo de animales de diferentes familias, que tenían un propósito que los unía, o al menos una dirección definida conjuntamente. Estaban de acuerdo. Lo llamativo era que uno de eso animales era un animal salvaje casi mítico: un león con máscara y cuerpo de paloma. Lo acompañaba por arriba un gallo de orgullosa cresta enrojecida y lo que a mi entender era una mula, tomaba la delantera. Qué disparó el inconsciente? Preguntas más preguntas menos...
Hacia allá vamos. Como diría un amigo: el vector está orientado... Somos héroes? Somos máscaras? Somos animales salvajes y domesticados? Somos compañeros en esta odisea. No estamos solos. O estamos juntos pero cada uno en su lugar, "suficientemente" separados.
En esta aventura, qué disfráz elegís? qué forma te querés dar? Super-héroe animal o Anti-héroe humano? Al instinto lo condena la razón o tal vez la razón le da una razón, un cauce, al instinto.
viernes, 9 de marzo de 2007
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