La mañana me encontró molesta, incómoda por la llegada de los pintores, por la improvisación y el apuro de siempre, por aquellas cosas padecidas mucho tiempo y que ahora ya no van más. Estamos más grandes, vio? Y estamos en plena revolución también. Quizás por momentos los arranques de bronca pareceden desmedidos lo que supone un gran tiempo de atrasado inexpresado anterior. Ahora salen como pus, como ya dije, de las heridas nacerán los gérmenes del cambio. Claro, mi nivel de energía está en alta, increscendo, la buena onda también, y la expresión de las pasiones iracundas también. Perdón por la brusquedad, pero no la puedo controlar como lo hacía antes. Y en algún punto sé que es mejor que así sea, aunque molesten más de la cuenta. También expresan evolución. Ya vendrá a reestablecer el equilibrio moderado, para volver a cambiar nuevamente.
Hoy es el día de abrir una carta que me escribí hace un año atrás, dirigida a leerla para entender mejor desde dónde me situaba y dónde me comienzo a situar. No la voy a transcribir aquí, pero sólo diré que me alegra haber crecido tanto en tantos aspectos, en un sólo año. Los balances de fin de año se acercan y yo no seré una excepción a la regla. Algunos años resultaban livianitos, detenidos, otros desde hace unos años, años de comienzo del "proceso", se han intensificado por todo lo que implicaron de vivencias que antes no asomaban a mis ojos dormidos. Y puedo decir que comencé a vivir la vida recién hace un tiempo atrás. Y ya blablablé varias veces de esto, y seguiré blablableando hasta que agote lo que quiero hacer de este espacio transformador. Quizás en un año ya no me interese tanto escribir aquí, pero por ahora resulta funcional a lo que necesito decir que no dije durante mucho mucho mucho tiempo.
Es lunes, decantación blanca de los balances caqui de una semana intensa en púrpura (fin de semana anaranjado incluído) ¿Y que pasó? Pues venir de Laprida me tomó unos cuantos días de adaptación horaria y desordenada. Entre todo lo que viví y todo lo que continuaba en plan de agenda, pues recién el viernes me levanté con ánimos de ordenar y organizar el cáos. Lo dejé ser durante unos días, pues no tenía otra forma de transcurrir lo escurridizo de esta vivencia. A mediados de semana se produjo un encuentro con alguien del pasado, al cual me hizo muy bien reencontrar. Creo y espero que a el nombre en cuestión también. Se trataba de hablar de lo que no se había hablado y de entender lo que no se había entendido para poder simbolizar y seguir adelante. Me alegro que haya sido así, pues en sus palabras hallé fuerzas para concluir algo que no había finalizado del todo, de otro aspecto directamente relacionado con esto, en lo que implica corregir actitudes con la esperanza del tiempo presente, que en el tiempo pasado hubo significado algún yerre del cual me hago cargo, pero no puedo borrar del hilo acontecial. Pues ya sabemos, nada se puede hacer con el pasado desde el pasado, sí con el futuro desde el presente. En lo que significa el espiral ascendente de evolución. No es un círculo, pues implica movimiento de transformación en cada repetición, que nunca es igual a la anterior y que sólo salta en cualidad cuando le damos respuesta certera de cambio interno.
Fue aprehender aquello que me había pasado desapercibido para comprender elecciones presentes, para cerrar elecciones pasadas. Lo que encontré allí, más allá de una respuesta de vicio inevitable, donde no encontré más que más de lo mismo de siempre y de lo mismo que ya no quiero más cerca de mi vida, de mi existencia próxima. Mas allá de respuestas enredadas que aún no logro que resulten en indiferencia sustitutiva, fue lo que significó para mi cerrar con palabras escritas. Y echar un poco de fly. Eso me provocó un poco los ánimos, me caldeó el espíritu, pero si realmente quiero algo distinto de mi vida, soy conciente de que puedo hacerle frente y costado a aquello que no pude antes. ("todo vuelve a mi una vez más")
Ese acto de modificación simbólica produjo una serie de movimientos, que también estuvieron acompañados por otros ingredientes que protegen e influencian con positrones positivos esta transmutación interna. Y si. No estoy sola en esto. Y no me modifica a mi solamente, sino a todo mi círculo de influencia. Si te corrés un poquito, por más imperceptible que parezca, en proyección la diferencia se trasnforma en abismal. Acaso algo habrán escuchado del Efecto Mariposa. Sé que si yo cambio, también cambian ustedes. Y multiversa. Por eso esto de vivir en humanidad implica una gran responsabilidad de bienestar, para no ejercer influencias negativas en la red total. Pero claro, en este Planeta Humano, hay de lo bueno y de lo malo, tanto como hay de nosotros mismos.
Ya barriletée lo suficiente. Ahora es momento de ajustar la puntería que me llevó de la física cuántica al efecto mariposa.
¿Y cómo siguió esto? Pues siguió moviéndose. Like a moody moovie. Facultad, taller, nota parcial otro ocho redondeado para psicoterapias y viaje culinario y musical a México con Marce, Reiki, pinturas, sueños, largas conversaciones transformadoras. Alegría. Navarro, festejo, magia y cansancio. Más gente, reencuentros, familia, jardín, juegos. Y ayer llegué a casa, luego de esta larga travesía y me quedé dormida en el sillón mientas miraba 12 monk keys. Me había dado cuenta de que necesitaba un momento a solas. Un poco de reflexión y calma. Sedimentación. Aquí de nuevo lunes, y los movimientos desencadenados siguen y siguen. Ahora habrá que "adaptarse" con la bronca atragantada de otros sucesos que si bien son positivos en su meta final, como pintar la casa lo sería, hubiera sido mejor planificar y tomar en consideración que aquí habitamos también nosotras y que en una semana rindo un parcial, y que esas cicunstancias no ayudan, más bien complican un poco la concentración que necesito, pero como lo he vivido tantas veces y como dije que se reactivaba el pasado de lo acallado aún con más fuerza, no me la como doblada, quizás tiro algunas bombas radioactivas, pero me dispongo a la cooperación. No me queda otra. Aunque esos adultos de los cuales dependí de niña, me vuelvan a mostrar lo que tanto tiempo hicieron, sólo que ahora desde la adultez, aunque con un poco de bronca y de ira, me dispongo a aceptarlos tal como son. Prefiero eso, a lucharlos. Eso implica que cada vez seré más quien soy y no una niña hija dependiente. De aquí en más podré salirme de la travesía mítica, para poder realizarme cada vez menos condicionada por el pasado de lo que fui. Y de lo que fueron conmigo. Esto implica nuevamente, elecciones amorosas más acertadas. Ya dije, que mi camino se resume en estas líneas: transformación a través del autoconocimiento a través del amor verdadero.
lunes, 22 de octubre de 2007
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