wise up

Lulú cortaba cebollas en aquel momento... y lloraba y lloraba... Eso fue cuando la debacle impuso tiempos críticos. Hasta hace poco seguía llorando por aquellas cebollas cortadas, pero vislumbó en algún momento que ya no servía aquel método antibacterial defensivo. "No quiero más llorar por las cebollas cortadas... no quiero cortar más cebollas... no quiero más cebollas... ni cebollines... ni de verdeo ni de puerro ni de en francés siquiera..."
Ese fue el último de los berrinches encaprichados de Lulú, tras lo cual cazó el cuchillote y lo clavó en la última de las cebollas. Momentos después engulló la última de las fugaces fugadas fugazzetas. "me importa un bledo el papel que juego aquí, aquí ya no quiero jugar más este juego..." y así se fue volando free as a bird.
Si la "libertad" posmoderna es un juego autoindulgente, que encadena la libertad que proclama, yo quiero otra libertad, la que me libere verdaderamente de los deseos que me encadenan. Esa clase de libertad requiere de cortes definitivos y sostenidos y de ovarios corajudos y bien puestos. Esa es la verdad de la milanesa napolitana, sin cebollas por favor. Cuesta la renuncia pero cuestan más caro las ilusiones. Podría perder más tiempo, pero creo que he perdido ya demasiado en perderlo.