martes, 14 de agosto de 2007

mejor no hablar de ciertas cosas


Por un tiempo decidí callar, dejar de escribir lo que no me permito escribir, como si mi vida se tratara sólo de los silencios impunes y autoimpuestos. Siento que estoy viviendo en un doble discurso permanente. Lo que antes cuando me sentía libre, discurría libremente, hoy es una página en blanco. Sin embargo, allí no se agotan las novedades. Mi autoestima está bordeando los límites permitibles para la dignidad humana. Busco una confesión de diván que nunca llega, por más esfuerzo que le ponga resulta un poco inútil bordear ese agujero de confesionario. Será por eso que hoy elegí Sumo, que hace tiempo no sonaba en casa: MEJOR NO HABLAR DE CIERTAS COSAS.

De lo que sí quiero hablar es de una buena noticia que no pasea por los jardines de las compañías de turno. Se trata de una decisión muy importante para mi, más importante que cualquier desventura amorosa o inclusive que cualquier estanque emocional de estación. Pues porque por un lado, así me siento, en emotional standby, pero por otro lado algo quiero hacer de esta cuestión del autoengaño.

La decisión importante consiste en terminar la carrera de Psicología, que tanta contrariedad trajo en algún momento. Me dí cuenta hace poco y me dispuse a ponerle garra a "eso", al campo mental, que me cuesta mucho menos que el campo emocional. Algunos nacemos ciegos, otros sordos; life is así. Lo que te da por un lado, te lo quita por otro y mientras tanto aprendé a vivir con prótesis, hasta llegar a aceptar completamente la humanidad que se maquilla mientras tanto por miedo a no ser aceptada en su natural totalidad, tan agujereada como un queso gruyere.

Por lo tanto, vuelvo a mi vida de estudiante full time, que pospuse hace unos años atrás, cuando estalló napalm. Me faltan seis materias seis y aunque no tengo ni idea psicóloga de qué voy a ser, quiero cerrar de una vez por todas ese capítulo de mi vida. Si Dios, la Virgen, la fé, la voluntad, el metódo, la disciplina y Lulú quieren, esto sería un hecho de facto para el año que viene. Bailando se hace la danza, estudiando se obtiene la chapa. Será que el balance de los 26 se cierra con un déficit en la decisión y un superávit (?) en la pérdida de tiempo.
Endeudada con la duda.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustó ver nuevamente aparecer tu luz. Ponerse un objetivo real esta muy bueno, y seguro vas a poder cumPlirlo. Tal vez sea EL MOMENTO.
El momento de saber que cada uno es: con sus virtudes y sus defectos.
El momento de ver que la vida no es tan complicada, uno la hace mas dificil de lo que es. A veces uno mismo no se da cuenta que moverse saltando del blanco al negro o al gris de manera permanente , es lo que nos sale mas facilmente. Pero uno debe cambiar esa forma. tal vez sea EL MOMENTO para aprehender a elegir blanco, o negro o gris sin darle lugar a la duda. La duda es la manera más fácil para escaparse de tomar decisiones.
Si uno es artífice de su propio destino , tal vez ES EL MOMENTO, de hacer un nuevo destino, por que no?
VAMOS POR UN CAMINO NUEVO!!!!!

LuciL dijo...

Qué intriga el anonimato de estas palabras tan alentadoras...es totalmente cierto, algo de luz se dejó ver y de paso también hay que escribir sobre las "cosas" buenas, positivas, reales y más simples que las complicaciones que no me cuestan tanto. Sé que este momento es un momento especial, no sé en qué sentido exactamente, pero me sorprende a cada instante la sincronía cada vez más visible y hasta palpable de los acontecimientos.
Gracias por tus palabras anónimo, y me gustaría saber de quién se trata...lo dejo a su criterio.