Si espero que se prenda la chispa que conduzca hacia algún tipo de fin encauzado por su potencia, no empiezo más. Si espero milagros acomodados en el armario, mucho menos. Todo es mucho más que eso y por sobre todas las cosas, complejo; un atisbo breve de lo que hubiera imaginado hace un tiempo atrás. Y complejo no es complicado, sino múltiple en sus líneas de juego. Si hiciera una escultura para representar la complejidad haría un tablero de clavos y de hilos entrelazados y ahí tendríamos la string theory, sólo posible de ser representada en tres dimensiones. Lo otro lo podríamos imaginar, proyectando más hilos invisibles que no se alcanzo a percibir con los cinco sentidos que portamos los humanos. Hipótesis. Metaciencia.
De lo que se trata entonces es de ensayar algún tipo de comienzo para aquello que quiero transmitir hoy en esta entrada de blog. Porqué no llamarlo con el nombre técnico de caldeamiento, ya que estamos metidos en esto del psicodrama y la creatividad.
Empiezo por las coordenadas de tiempo maya, base segura que despliega múltiples sentidos. Hoy culmina la onda encantada del viento, con el sello de el mago en su tono cósmico. Qué es el mago sino un encantador personaje del tiempo blanco. Qué es el viento sino el aliento espiritual del tiempo blanco. Que conversen pues sobre la trascendencia, aunque sea entre susurros, secretos y sueños; entre tiempos.
Bien, la culminación de estas energías no resulta indiferente, y para cada cual tendrá su respuesta. Busquen y Encuentren. Y no se detengan. Al fin y al cabo con el tiempo el río trae sus respuestas, y muchas veces por azar o por error llegamos a un punto, el punto IX. Así se llama el mago para los mayas que explotaron el calendario.
Está IK, viento, está IX, mago. Son de la tribu blanca. Vienen de los polos terrestres, de los gélidos continentes. Traen reflejos, algunos de ellos, enceguecedores. No por casualidad esta tribu, tiene su expresión más elevada en el infinito del espejo. Y entre el viento y el mago, no podemos obviar al enlazador de mundos, que sueña el sueño de la tribu blanca. Se hacen llamar los purificadores o refinadores, y son como el invierno. El invierno ya pasa y deja su estela blanca.
La hibernación empieza a dar sus flores. Es tiempo de salir de la cueva. Despierten ya.
(*) pequeño gran detalle, me olvide del perro blanco de la tribu blanca, nada más ni nada menos que el eslabón que falta entre el mago IX y el espejo infinito. El perro como el amor infinito e incondicional y como la fidelidad que se rinde en el primer lugar de nuestros corazones.
Por otro lado, hoy sería el cumpleaños de John Lennon, un mago blanco. En honor a él y de casualidad el nombre de esta entrada, de la canción Mind Games.
Make Love, not War.
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