martes, 7 de julio de 2009

crisálida

que dichosa bendición la que nos ha dado el cielo: aprehender de situaciones límite. crisis ajenas y propias, globales y locales, privadas y estatales, financieras, devaluadas, contagiosas, religiosas, informáticas, uniformes. ¿Evitables? ineludibles.
hago un llamado a la solidaridad: en estos momentos, gente, es importante encontrarnos los unos a los otros. no queda tiempo para el reproche, el malestar y la duda. la desconfianza y la desdicha son malas consejeras. la muerte nos tiene preocupados, pues la sentimos nos queda cada vez más cerca. por eso no pierdan sus tiempos ni le hagan perder sus tiempos a los otros: hagan lo que siempre quisieron hacer. sean aquello en lo que soñaron alguna vez convertirse. acepten la dualidad de la contradicción humana. cuánto más se luchen y se nieguen, más fuerte será la confrontación de la oscuridad con la luz.
reconciliensé si es necesario. el arrepentimiento es el enemigo íntimo de nuestros corazones. agradezcan aquello que dieron por contado al dormirse en los laureles de la nostalgia. digan lo que piensan y sienten. actúen en consecuencia. tomen las riendas de su vida y gastenlá a cuenta.