domingo, 26 de febrero de 2012

el vago camino

En una carpa para una persona y media, compartían el espacio dos cuerpos terrestres. En eso, en el medio de la noche, pintó abrir el cierre para ventilar el olor a plástico que tiene el encierro. Ahí, de cajón, un trío de luces giraba posada en el cerro. A una de las mentes se le ocurrió hacer el juego de la señal. Pero a mano sólo tenía el flash de la cámara y del momento, y de vez en cuando una luz de linterna del celular trucho. Supusieron que estaban dispuestos a entablar comunicación, y se conversó durante un tiempo en esta ilusión de contacto. Después desapareció la visión y pensaron en ir a seguir el camino del río. Y fueron tras las luces pero no se animaron a continuar porque la luna estaba de descanso. Siempre que intentes caminar en el bosque, pensá que lo más seguro es tener al satélite que te ilumine los pasos.
A la mañana siguiente despertaron los cuerpos que lo último que recordaban era haberse sumido bajo un sueño muy profundo y reparador. En eso, se escucha a través de los pájaros un bochinche tremendo, como si dos tribus estuvieran luchando por reinar el sonido del parque. Y en eso hay un mensaje claro y contundente como si creyera en la telepatía, porque no era psicósis, era comunicación. Salvensé, esto es una gran equivocación.