lunes, 30 de julio de 2007

a la sombra de una parra: uno sólo conserva lo que no amarra

En un viaje matutino busqué dentro de mi corazón, y encontré otro tipo de evidencia, allì en diferentes realidades escritas por correo web. Evidencia, tal vez insospechada, pero imaginada con personajes e historias reconocidas por algún relato ocasional de detalles que para el que no tiene un oído agudizado por policiales e historiales criminales de su propia criminalidad, tal vez hubieran pasado desapercibidos. Es claro que no es mi caso, pues la inteligencia tiene sesgos detectivescos e investigativos. Podría ser un buen sabueso si hubiera reencarnado en raza perro.

Puede ser liberador para el karma personal de cada uno, soltar verdaderamente con el corazòn. Con ese saber que no es resignación sino aceptación de nuestra humanidad y de la humanidad de los que amamos. Creo que en el amor, no hay verdad más sabia que el famoso "si lo amas, dejalo libre". En inglés resulta màs preciso, pues en el español la emoción no nos permite ser tan pragmáticos como simple suena en inglés. No se trata de dejar. "Dejar" tiene connotaciones de propiedad privada de los afectos del otro. el otro objeto se abandona, se deja, se deja de frecuentar con los sentidos. El màs difícil de todos, el sentido del tacto. En inglés, es más gráfico y esperanzador, el "sent them free". Algo así como soltar las amarras y hecharse a volar como una paloma que salta de las manos de un niño y con ese impulso despliega sus alas y se alza más allá, donde sus alas lo conducen por si mismo. Las manos agarran, agarrotan, pegan, retienen, pero tambièn tiene la posibilidad de acariciar, sostener, curar y soltar.

Aquí en el desvelo de la madrugada, me escapé de la cama porque no conciliaba el sueño sino dejaba en libertad mis palabras. O si no amarraba algo de mis pensamientos en este escrito.
El egoìsmo cuánto tiene de mezquino. El miedo cuanto de egoísta. Perder el miedo es cuando se pierde de a poco el egoìsmo y en el lugar de perder el miedo ganamos el lugar de la libertad. Pero esta tarea audaz requiere de fé en uno mismo, que es lo mismo que decir, escuchar el corazón libre del miedo, aceptar esa verdad que a veces puede resultar incómoda a los acomodados a la falsa estabilidad, pero que canalizada directamente resulta en paz, alivio y conformidad con uno mismo. Algo así como "es lo mejor que puedo dar de mi mismo, mi verdad". Otra frase de cabecera: "la verdad nos hace libres".

Cuantas palabras, cuantas reflexiones desveladas. Qué extraño se vuelve el tiempo cuando transitamos esos momentos introspectivos que anticipan los cambios venideros. No existe el dìa ni la noche, y los procesos usuales se ven interrumpidos por irrupciones que asombran, como el ùltimo asomo de la muerte.

últimamente las metáforas me resultan más efectivas que la descripción exacta de acontecimientos en mi vida. no me puedo conectar con la crònica descriptiva de un ser viviente, prefiero mantenerme lo suficientemente alejada, refugiada en palabras màs filosòficas que me ayuden a desprenderme del contacto directo con la evidencia. Resultarìa màs fidedigno y metódico, pero debo proteger màs que lastimar con las palabras. Una vez que lleve a cabo mi decisión podré conectarme con la descripción, sin temor a cometer crímenes perfectos en pantallas virtuales.

Se puede leer como evasión, más en ciertos momentos cada cual se toma sus tiempos a la hora de hacer con su vida lo que elige. Si volvì atrás fue para recordar y para estar en paz con mis sentimientos. Volver para reparar. Reparar para seguir. Recordar para olvidar.
Let It Be.
So Be It.

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