martes, 11 de noviembre de 2008

foco


como decía un maestro perverso (por lo psicopático de su influencia) que tuve alguna vez: Está tan cerca que no lo ves.
esto de que los locos tengamos algún tipo de estudio en esto que se llama la disciplina psi es como decía un amigo, sentirse un mono con navaja, o lo que es peor, un mono con ametralladora. el daño que se puede hacer desde la psiquis es insoslayable. el daño o el poder de influencia. pero no es necesario diplomarse. hay seres que lo saben muy bien desde antes. o desde los comienzos del fin. es toda una posición en la vida: yo ejerceré la verdad sobre tus lados erróneos con el amor que tiene el creador por el perfeccionamientos de sus hijos. yo ejerceré mi voluntad de bien sobre tu voluntad de elegir para qué lado jugar. así evangelizaremos la tierra y convertiremos a los infieles en fieles monoteístas. más la fidelidad no se ejerce sobre estampitas, sino sobre los deseos que cada uno tiene de sí mismo. queda justificado el criminal o queda justificado el estafador. ellos nos muestran en todo caso el grado de hipocresía que portamos como socios capitalistas de este sistema.
aclaré un millón de veces que juego para el bien con la confianza ciega que ejercen los creyentes. me han lavado el cerebro, o en mi esencia sucede que no hay concepción de oscuridad más la asunción de que todos llevamos la posibilidad de salvarnos y la posibilidad de sucumbir. y tampoco somos tan importantes para el mundo. todo seguirá y nosotros nos habremos ido a pescar estrellas al más allá. a pescar átomos, a fusionarnos con otros elementos químicos y a realizar aleaciones aleatorias para formar otro tipo de materia para otro tipo de realidad para otro tipo de sentidos para otro tipo de seres.

resulta que uno debe presentar sus credenciales al otro, para justificar algún tipo habilitación social. si yo les digo que no sé que tengo para ofrecer en el mercado de mis capacidades para esta realidad capaz que me tilden de inútil. y puede que no se equivoquen en el punto que juzgan con la vara que miden. yo misma me juzgo peor aún. pero cómo metabolizo las expectativas que tienen otros, si tan solo supieran aquello que no puedo develar. el misterio que protege el agujero, se esfuma. eso que fascina por su signo de pregunta y su respuesta demorada es una clave de sol en el pentagrama. a continuación la melodía que jamás llegaré a escribir.
soy el actor farsante que se retira de la obra que jamás llegará a estrenarse.

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