lunes, 5 de septiembre de 2011

esto también es parte del CV

mulatinho tiene seis años y una sonrisa de sandía. con los lápices de la cartuchera inventa que tiene tres garras de dinosaurio: una verde, otra rosa, otra naranja. me dice, mira me lastimé las garras. y me quiere pinchar la mano hasta dejarme la marca en la piel de la punta del lápiz con cierto sadismo que porque de niños es divertido. pero le pongo un límite. me duele. como a vos te duele la garra lastimada, que porque el tonto hermano con el balón te machucó el dedo gordo y ahora ya no podés escribir. no quiero escribir. me duele la garra. las letras que aparecen en el cuaderno rivadavia de tapa dura, qué son las letras. y como una máquina que se vuelve loca por la abstracción que implica aprenderlas, sin el paragolpes de los normalitos neuróticos, que no vemos sino las sombras, porque la luz nos volvería estúpidos insectos pegados a la fuente, hipnotizados sin poder despegarnos de ese enceguecimiento que tiene el sistema madre. lo mismo con los números. pero los números me gustan más. cuando empiezo a contar no puedo parar. y claro, las letras son finitas. los números son infinitos. y aparecen desperdigados de abajo hacia arriba desde el margen hasta el final del último renglón. y seguiría la cadena si no se terminara el espacio para dibujarlos.
mulatinho me muestra que escribe ahora que la garra está un poco mejor curada. le tuve que decir al padre que se acerque cuando pueda al médico, y el padre me dijo, recién me di cuenta esta mañana, cuando se quiso poner la campera y me dijo que le dolía la manga. por el momento, le pusimos hielo, de la cocina de la escuela. pero el hielo también le duele. y se queja. llorisquea. comprometase a traer el certificado. y trate de que no falte más a la escuela. porque la intervención judicial. y la asistente social. y los informes. vió?
mulatinho vuelve con el pelo chamuscado, una marca de cigarrillo en el delantal y la cara sucia, y las manos sucias. procure ocuparse del niño. yo sé que tiene muchos pesares. que su mujer otra vez se escapó de la casa cuando la maestra le mandó la película del pez payaso y se sintió tan mierda de no poder darle otra cosa distinta, que prefirió ir a la villa a prostituirse para conseguir el pako que la hace pensar en nada, como un zombie, cada vez más chiste, cada vez más siniestro el chiste. mamá se fue al quiosco. a mamá la vinieron a llevar de la comisaría porque había robado otra vez el botín que suponía pagar la prestación que el padre desconfiaba que no estaba dando los resultados que él imaginaba tenían que estar inscriptos en el cuaderno. todos los días, fichá a la misma hora y escribime la fecha así yo puedo controlar que estás trabajando y que hay avances. porque no sé cómo hacer. porque la vida está muy lejos de parecerse al equilibrio estático de la muerte. porque la vida es puro cáos. y a veces te llevás lindas sorpresas.
hoy pido una señal. ya no tengo más ganas, ni más fuerzas de venir a confrontarme con el mundo de los desastres que hacemos los adultos. hoy llevo las plastilinas. las que robé a escondidas de la escuela de los pudientes sólo para hacer un poco de robin hood sin pretensiones. lo que para unos es un desperdicio sin novedades, para otros es alimento esencial. hoy justo se enfermó la maestra, y al chico lo tuvo que dejar en la escuela, porque tenía clientes que atender en la piecita durante la mañana. mulatinho tenía que estar en el aula, pero había un sin fin de bancos vacíos y lo encontré en la biblioteca, en la hora de música. a mulatinho le gusta hacer percusión con el banco y cuando yo le digo que linda que es la música pero no acá ni ahora, me pregunta porqué. le digo, mirá lo que traje. me mira. esto es comida para perros. y la plastilina puede parecerse a un kanikama y también a un girón de cuero para que muerda un cachorro. tengo un hámster, pero se escapó de la caja que era su casa y ahora no lo encuentro. también un gato, que es blanco y es negro, el gato. el gato indio, como le dice alancito, el gato que le rasguño la mano también, porque alancito le debe haber hecho alguna maldad a escondidas y el gato indio, es el gato callejero. el dinosaurio de cuello largo que come árboles, es el dinosaurio jirafa. el dinosaurio que se come a los otros dinosaurios, es el carnosaurio. el triceratop es en realidad el dinosaurio hipopótamo. y el pez gato es el más le gustó a mulatinho en el museo de ciencias naturales cuando se puso a discutirle a la guía que no era un patagonicus rex, sino un dinosaurio gallina.
mulatinho me pide que le invente un escorpión en plastilina azul. después quiere una ballena rosa, y una jirafa amarilla, y después de tanto modelar la plastilina, las guarda con preciosidad en la bolsa de supermercado que le doy de mi vianda del mediodía, me dice, otra vez, mira. se levanta del banco, va a buscar al lugar de las tizas y en el pizarrón me escribe su nombre, impecable. y me dibuja una carita feliz al costado, signo de que hizo las cosas bien. y la carita feliz ahora es la mía, mulatinho. y la x que tacha lo que se equivocó, es ahora mi carita triste, mulatinho, cuando llorabas porque se había terminado el recreo después de que te conté que ya jamás volvería a verte, mulatinho. pero vendría otra persona en mi lugar a hacer un mejor trabajo. cuando te contaba que vos me habías enseñado tanto, que eras un dinosaurio ángel en mi camino.

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