miércoles, 12 de noviembre de 2008

flash


De pronto un poroto de garbanzo se desplomó de la alacena y germinó una pregunta. Y otra respuesta. Un acomodamiento novedoso a una situación antigua. La cuestión fue cuestionarlo, estar de acuerdo en que esto ya no tenía sentido de repetirse como el guión de siempre, en donde siempre jugaríamos el mismo papel que nos tocó en la primera repartija que institucionalizó la escena.
La cuestión fue que ese disfraz y esa escenografía nos quedaba incómoda esta vez. Siempre empieza igual, siempre nos decimos las mismas cosas que hace años, siempre termina igual, de un portazo con palabras crueles dichas a la distancia de los cobardes fóbicos. Tira la bomba y esconde su cuerpo. ¿Porqué seguir perpetuando el mismo drama de siempre? Pues nos hemos creído el papel y le hemos creído a los actores, nosotros le dimos ese lugar. Nosotros le sostenemos la ficción que nos inhibió desde un comienzo, tiempo 0. Es simple. Correrse milemétricamente no es correr para salir expulsado del escenario con un portazo de violencia, la misma violencia que hemos mamado desde siempre (?). Correrse implica un cuestionamiento que innova allí donde todo sigue el curso esperable. Correrse para establecer un parate: "pará un poco, que desde acá te digo, ya no somos los mismos". Por eso el fundamento en la espontaneidad es un bálsamo para la transformación de los actores y sus entramados. Por eso practicar la espontaneidad es escenarios ficticios nos entrena para la salud mental. ¿Qué sería de nosotros si nos limitáramos a jugar siempre el mismo papel establecido? nos transformaríamos en caricaturas de nosotros mismos con escasas posibilidades de alternar otros roles. Nos afirmaríamos en la rigidez de las pasiones que nos conducen al mismo lugar de final trágico. Así, el eterno retorno, podría ser cada vez un poco menos igual, levemente distinto, levemente distinto su resultado. Que trae aparejada esa sensación de "¿y ahora qué?", que nos mueve un poco el piso acá y allá y lo intentamos resolver en largas caminatas de meditación a solas, es una salida de acomodamiento. Que contamos con una serie de trayectoria de repeticiones que acumularon algún tipo de saber al respecto, con eso contamos para darnos cuenta de que ya no somos los mismos, ya no queremos lo mismo de nosotros mismos ni de los otros. Y es también, darle la posibilidad al otro de elegir un papel que le guste más. Allí donde siempre actúa su drama esencial, le devolvemos otro espejo y que se las arregle, como eventualmente nosotros nos la tenemos que arreglar con los nuevos roles a disposición.

Y a la noche, soñaba que llovía lluvia de telgopor de estrellas y en el fondo la escenografía era azul de noche.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La imagen de algo ya crecido, de algo en crecimiento, nuevo, el comienzo se puede decir y una luz a la derecha, Una Luz BLANCA, la protección, ese algo más que nos sostiene y que es parte de este universo que nos estas mostrando. Su propia LUZ.

me encantó lo que escribiste!
Gracias por enseñarnos una vez más y por ayudarnos a ver.

:D