martes, 13 de octubre de 2009

anona nada

no te enamores de mis clishés, ni de tus clishés, ni de las imágenes empaquetadas para la venta. sabemos que estas cosas caen, desnudas, por su propio peso. o mejor dicho, se esfuman, y luego de la nube rosa, aparece aquello que no te copa ni me copa, por más copas encima que tengamos esa noche. cuando te atrapa el vapor de las imagenes y las palabras no tienen contenido, me hacen triste, desdichada. siempre describo la misma imagen, la pared el muro la distancia saturno el vacío la brutalidad de las mordeduras que no conectan con la real sustancia como si tuvierámos puestos trajes o mejor dicho armaduras que nos hacen de hueco en el pecho. las caretas quedaron en el carnaval de las sustancias sintéticas y artificiales. yo quiero tierra, real y táctil, pasto fresco, sonido a pájaros, coronas de jazmines, poder pisar verde con los pies descalzos y sentir su frío y su ternura, olor a mandarinas, un tiempo sereno, que no se encuentre interrumpido por la tecnología, estoy cansada del cemento de la ciudad, de sus gentes deprimidas, aburridas, desconectadas, sobre estimuladas, siempre apuradas y con ganas de asesinarse los unos a los otros. anhelo, como un aroma que trae recuerdos, otro tiempo y otras circunstancias y por eso me inquieta la impaciencia. por eso pido ayuda y ahora ando medio dormida medio despierta, con miedo de adaptarme y de olvidar mis sueños, pero adaptándome al fin. y me da casi lo mismo. eso estoy advirtiendo. perdí la batalla?

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