miércoles, 14 de abril de 2010

running away

http://www.youtube.com/watch?v=vdsz5Q7w308

Los ciegos vieron la máquina fabrica tormentas. Fue en el teatro, cuando estaban haciendo el caldeamiento. Me lo contó la señora que podría ser mi tía abuela, si mi tía abuela fuese abstemia -cosa que sabemos, lejos de ser está- La letra es la ley, dijeron los abogados con el nudo de la corbata hasta la nuez del adán y las polleras hasta la rodilla de decretos privados. Al pie de la letra lee la ley, lamentablemente, dijo un psicótico arrepentido de canalizar las antenas de radio, camisa afuera del pantalón, panza prominente, pelo despeinado y grasoso como un bebé gigante. Un descriptor de perversiones vizco y violento habla por la televisión sobre aquello que otros crean pero que en su masturbación mental jamás podrá creer. Resuenan las manifestaciones, pero con este agua, descortés desbordante, los imprudentes nos presentaremos igual. Me esperan las voces enloquecidas porque la socialización así lo exige. La otra señora, la que parece una mujer todavía en actividad pese a decirse mayor, se queja siempre del marido, un pobre santo esclavizado por las exigencias del demasiado poco pero demasiado mucho. Sin embargo, así funcionan desde hace más de cuarenta y pico de años. Ella se olvida de los aniversarios y él se olvida de ella cuando entra en el estudio a manifestar su sensación de abandono en colores y texturas. Los deseos jamás llegan a formularse con exactitud. La línea del horizonte siempre se aleja a medida que los pies se acercan. Podés correr si querés. Escapar jamás.

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