martes, 28 de septiembre de 2010

lo que jamás se escapa

Tuvimos la suerte de escuchar mucha música -en español- de chicas. Nuetra casa era una casa musical. Los viajes eran viajes musicales. Toda oportunidad era motivo para poner primero, el tocadiscos, luego el grabador, después el equipo de Cds, la PC o el MP3. Pero lo que más recuerdo eran los cassettes que nos acompañaban trayectos de horas y hasta días en el auto, cuando íbamos de viaje hacia algún lugar.
Cantábamos o hacíamos coreografías con las canciones de Víctor Manuel (Baila Baila Baila Bailarina, él siempre espiando desde la cortina...) en alguna casa desde algún verano. También jugábamos a hacer programas de radio, con propagandas y mensajes de oyentes hechos con nuestras voces -versatilidad-, cuando nos maravilló la posibilidad de grabarnos en los cassettes vírgenes para volvernos a escuchar, o hacer nuestros propios compilados para llevar en el walkman en las caminatas interminables por Av. Francia. o de grabar alguna canción directamente desde la radio, aquella que nos enamoraba.
También recuerdo que esas canciones, que le sacábamos a mi viejo de los portacassettes que tenía escondidos bajo llave en el armario del escritorio, me acompañaban en la soledad de la habitación cuando escribía cartitas de amor y deseos y sueños y secretos en el diario íntimo.

Por culpa de ese romanticismo... y gracias a él.
Esta era una de esas canciones que tienen que haber generado algún tipo de gérmen romántico que traería luego tanta melancolía. La realidad no me conforma, nunca me ha conformado. Yo sigo soñando despierta, suspirando, retorciéndome de la emoción entre alegre y adrenalínica, de recrear mi vida paralela de fantasía.
http://www.youtube.com/watch?v=4I-hEASTyNs
Luego, más tarde, con la posibilidad de buscar esas joyas que dejaban alguna frase tarareando de memoria, encontré que esta melodía es afanada de otro personaje y hasta aparece en alguna película tonta y romántica de esas que tanto me gustan y tanta verguenza me da reconocer.
http://www.youtube.com/watch?v=-rQR3RsK26o&feature=related
Es al día de hoy que me sigue provocando esa misma enfermedad llamada romanticismo, entre suspiros, lágrimas - si me vino-, y lo que jamás se escapa, la implacable memoria alucinada.


el bonus track: http://www.youtube.com/watch?v=1s3BIX0duKs

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