lunes, 6 de junio de 2011

breve

feniz era taurino, había nacido el día del animal. usaba pantalones anchos de skater, una vincha de tela negra en el pelo -largo pero rapado a los costados- y se lo anudaba con un rodete a lo alto. tenía facciones muy lindas. medio árabes, medio tanas, medio gallegas. pero lo que más me gustaba de él era su sentido del humor, su personalidad compleja a la vez que ocurrente, su manera de pensar las cosas al revés del sentido común y obviamente, que era muy protector conmigo. me cuidaba. parecía que me quería. me trataba con mucho amor, pero no cuidadosamente-por-si-se-rompe, sino, concretamente. él decía que le encantaba mi forma de ser, y yo le decía que sólo podía decir eso porque me conocía poco. nos habíamos encontrado en un momento especial, en donde no me interesaba hacerme problemas por las cosas, porque ya había tenido mis problemas y me estaba recuperando. y como al lado suyo me sentía segura, eso sacaba lo mejor de mi. cuando nos acostábamos juntos sentía como sus alas me acariciaban desde la espalda y me daban ese calor que necesitaba para curarme.

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