martes, 4 de octubre de 2011

dancing with myself

si pudiera elegir una manera de dejar este mundo, sería bailando. porque anger is an energy. y la vida indeed lo es. pero no necesito que me prueben los ojos maliciosos, un insight equivocado. qué te importa en qué ando. en bicicleta por el parque centenario. doy vueltas al laberinto que se parece a un cerebro humano y converso con la dialéctica del amo y del esclavo todas las mañanas cuando me pongo al día con el tema de las letras y del análisis. supongo que en una de esas encontraré de qué reirme y será de mi misma. del ombliguismo cotidiano. y podré decir, evitaré si haber causado daño. pero todavía no es auténtica  dicha renuncia si no la imagino extremista y fantástica. en esa fantasía, me fui a meditar a la india porque decidí desear poco y desear poco lo que deseo poco. y vuelvo a hoy. a cero. a resetear la máquina para volver a nacer. como dijeron los ángeles que le borraron la memoria al niño, el niño fue convocado, y eso es responsabilidad paterna y materna. a ellos sí. a ellos que no son una decisión, alguna que otra vez sean una promesa.