martes, 29 de junio de 2010

concupiscencia

acá, al confesionario, vengo a ver si se me aplaca la retina de tanto sueño que el colectivo adormece como una cuna popular. flotar por la sal del mar blanco, que no sumerge los cuerpos, andar en barco por aguas verdes papiros fango y mezquitas niños violinistas fabricando instrumentos por centavos de dólar con hilos y maderas niños tirando de la ropa de los turistas apartados monumentos sobre monumentos cruces sobre faraones y faraones encriptados en catacumbas escaleras estrechísimas subiendo y olor a meo en ramsés II frío oscuro y el barco otra vez la cabina y la descompostura en los aeropuertos por la fruta los higos los pepinillos las túnicas gente lavando sus pies en las calles dejando sus zapatos en las puertas del templo rezando orando en las alfombras y los mercados regatear las flores de amapola rojas como papeles en el campo empinado por donde pasan las cabras tintineando otro mar otro idioma las turquezas los bordados las telas coloreadas los museos interminables de colecciones prehistóricas las ruinas de algún anfiteatro otra vez flores y cardos que crecen en climas secos mediterráneos la prisión de sócrates las fiestas en las calles por las noches golpeandose unos a otros pidiendo los collares de mardi grass el blues de los negros del mississippi de mark twain el sonoro barco por aguas marrones y pantanos lluvias atroces cayendo afuera un café para levantar el ánimo mientras suena el contrabajo y el piano en la galería piazza navona las monedas los deseos en la fuente cena en lo de amigos en un vecindario de putas cerca del vaticano san pedro y sus techos de oro la piedad que sostiene a miguel ángel el monte de los olivos y la muralla de piedras más allá de jesús iglesias cristianas primitivas circulares velas encendidas murales de santos haciendo gestos de victoria siganmé por aquí papel higiénico celeste y no blanco un diario de viajes colecciono souvenires las flores secadas entre páginas perdiendo el tinte entre palabras el ticket del tren hasta venecia bailes árabes lectura en la borra del café de pamuk princess la nieve y casitas hechas en las montañas apenas agujeros y ciudades amuralladas baños turcos invasiones otomanas la cabeza que le quitó salomé a san juan y el pelo de mahoma avalancha del korán repitiendo la meca donde queda la mecansé de caminar todas las ciudades siempre fui siempre seré profeta de otras tierras, peregrina incansable en ésta.