viernes, 11 de febrero de 2011

notas sobre algo divino




















dios le da pan al que no tiene dientes. dos dios nos da. tregua para el sonriente, dios nos da. afinados los dientes, mucha gente, maldecir al dólar, masa de gente. idishe doler, al dólar. darlo desprejuiciadamente. darlo como sentencia que acaricia la piel pero pega el golpe certero y a tiempo. cadáver de mi cadalso, vieja muerte que nos acompaña mientras cae de pie a la sombra del tilo y espera la calma. el aplauso de la lluvia. la misteriosa cadencia del sauce. la ignorancia del grillo. el pensamiento de verla desprotegida, como huérfana sin violencia. a cada piedra es lágrima desplomarse en la montaña. sus ojos como los de ana. ví sus ojos como los de ana. simple ana. con la arrogancia del maquillaje sin maquillaje, más que su sacrificio humilde en saber lo que quería y cómo quería, la ana. sus ojos se llenaban de lágrimas los míos también, de la felicidad que compartimos. puedo imaginar cómo elijo que sea su memoria. arrodillarse o levantarse cuando se ilumina la estrella en el cielo. quien lo que teme, le perjudique. rápido, pronto. ya. ensayo de un ejemplar que perdió la coherencia. dónde quedó la oración que respira esa atmósfera. quien anduvo en las calles sabe lo que es patear hasta quedar redondo. el mar se desintegra como una mancha de petróleo, la tinta estropea el papel en blanco. ensayo y error. arte se llamaba. se diluye en la alfombra, el patio; hasta que absuelve las historias que asimila en resumidas cuentas. la realidad sintetiza algo insoportable de cargar en la lucidez pálida de los delgados huesos. metamorfosis de los cuerpos donde han caído las estrellas: todos esos ojos son mis ojos huecos. desbordates de sincera transparencia, absorben esa pena que vive para ser vestida como si quedara bien el presente, pero descuidando al que lo nombra cuando ilumina su sombra.

la fórmula: la forma que quiere volverse contenido. el contenido que se formula cuando se practica. anda las calles de material genético buscando la antítesis que lo salve de su propia tragedia desmedida. cuánto abstracto para demoler. cuánto sinsentido de ruina clásica que queda en parte bien, en parte arte. la parte de esa verdad partida. un absoluto paisaje que quiere hallarse cerca de lo divino y olvida su inocencia cuando juzga perimido que la soberbia es de inútiles teóricos. los practicantes de la justicia como valor del equilibrio gris. matar al bicho terrateniente de los pastizales verdes. tocar el bombo con alegría y folklore del que se baila en la peña.

inmóvil hasta cuando vive. parece muerta en la inercia que controla a cada pensamiento que la escrutiña. no juzgo; perdono. entiendo cada palabra como si fuera extraña y auténtica a la vez. respeto la diferencia del poco claro borde de la balanza. civilización y barbarie todas juntas, enjuagando el gerundio manchado y el perfecto conjugado. creo que entiendo pero se cae en el escalón cuando me distraigo y le aclaro que no puedo sopesar lo que aún me falta de sentido común. es una invención de la tecnología. mente malinga. de esta tierra, heroína perfectible; cree vuela al ras del suelo pero sólo la fachada del cariño, que esta noche está tan triste y no mide las velas que elige.

en referencia a los escombros de la memoria que le ha hecho daño al recordarse. fanática profanadora de mentiras. quise enhebrar un sentido cuando lo ví con ese amor por primera vez. cuando te vi por última vez. cómo borro ese capricho de la memoria que no puede dejarte ir tan pronto. desestabilizadora presencia ausente es tu huella quebrada en partes, y hace mover verse en movimiento, inmerso de discontinuidades que construyen una idea observadora y obsesiva, planificando un porvenir. subvierte el orden ese personaje que es la ficción de aquel fantasma que es un misterio. tus ojos cansados, retando a la muerte que te silencia.

cuál es tu dolor.

una lagartija en la vertiente de la sombra de la escalera.

la inocencia es un pentagrama que encierra una burbuja vacía. quiere ser etérea pero no le alcanza el ruedo. más su semilla es fruta madura que perdura a la distancia. si no hay palabras: a qué me aferro cuando me caigo. Afiliesé a las palabras cuando sangre la vertiente del vacío. agotesé hasta volver al origen. es el enigma que intento peinar con los velos de este silencio, afilando sonidos huecos. ecos en la distancia al qué, adónde.

tres hijas del círculo de la madre que dice: un bebé es anciano y sus pasos son estériles. el enojo cuando la impotencia le gana a la paciencia. el enojo a la impaciencia cuando le gana la descendencia. el enojo cuando recordaste que eras ese bebé inconcluso al que le hablaban y no entendía que la ansiedad es desesperante frenesí inalcanzable. no saber de los tiempos del cuerpo y de la necesidad.

me habita el sin sueño de la tristeza soledad. música perfecta inmóvil. cenizas hoy. restos ayer.