sábado, 28 de abril de 2007

análisis post producción

Hace una semana me cebé con esto de subir imágenes a la página, los resultados están a la vista tanto como la confusión caprichosa del orden de las mismas. No estoy tranquila hasta que no aclare aquí mismo que quise hacer algo así como una catarsis de imágenes e historia de estos últimos años, algo así como un exorcismo de fantasmas, y terminé vomitando imágenes hasta agarrarme la cabeza con expresión de horror. Pero estoy exagerando un poco también. Desconozco los múltiples sentidos que puede haber coagulado su orden, pero quisiera agregar que mi decisión de elegir ese orden y esas imágenes no se ha revocado, sólo falta aclarar que quise presentar a mi familia, que es mi sostén más importante en este momento. Quise presentar que con mis hermanas somos un grupo de convivencia actualmente y que hemos pasado estos momentos de crisis personal juntas. Y que les agradezco su apoyo incondicional de hermanas del alma. Quise presentar a mis viejos porque los adoro con toda mi alma. Porque aunque no los puedo tener juntos, los tengo a cada uno de ellos en mi corazón. Los entiendo, los perdono, y los quiero ver felices. Quise presentar a mi abuela, porque es mi abuela y aunque no soporte sentirse viejita, también se siente niña y eso le gusta y le disgusta al mismo tiempo. Quise presentar a mis primos porque los adoro. Quise presentar a algunas de mis amigas porque hemos armado pasado juntas, y porque algo de eso se quebró en mi crisis, pero las quiero mucho y nos hemos acompañado mucho tiempo, si seguiremos acompañándonos en lo que viene no lo sé, pero es cuestión de las ganas que tengamos de seguir compartiendo. Quise presentar a dos relaciones que me marcaron mucho, mi relación precrisis con Ezequiel y mi relación durante crisis con Ariel. No soy la misma luego de ninguna de las dos relaciones, porque no soy la misma después de haber compartido diferentes momentos de mi vida con estos dos seres a los que amo profundamente de diferentes maneras. A pesar del dolor que estas separaciones son para mi, los quise mucho, los quise como pude, aprendí mucho, me reí y lloré, viajé hacia afuera y hacia adentro, y crecí y me transformé, perdoné y lastimé, y creí y me comprendí. Elegí fotos que no le hacen justicia a mi última relación, porque no tengo otras fotos más actuales de nosotros, pero metaforizaran gran parte de lo que significa enamorarse por primera vez y perder la cabeza, sentirse poderosos e implacables, atravesar las ilusiones de los fantasmas y dejar huellas profundas. Entre otras cosas que no tienen palabras aún para entenderlo con claridad porque no han cerrado las heridas. Quise presentar diferentes etapas de la crisis y en especial de esa relación que me marcó tanto, pero ya no hay más euforia de conocer el mundo por primera vez, ya no hay más antidepresivos, no hay más affaires, ni fiestas, viajes, no hay más reencuentro, cobro de deudas pendientes, desgastes mutuos, traiciones, convivencia, confusiones de identidad, desencuentros y promesas eternas. Quise presentar a mi pasado porque por eso soy lo que soy ahora. Quise reconciliarme con mi pasado. Y también quise confiar en el libre aldedrío humano. Es un pase de magia. Un ritual simbólico que me permite este espacio como la realidad permite fogatas que se hacen para quemar las ilusiones que nos traen dolor. Solo que el humo aquí no existe, solo existe el plasma de la pantalla y sus códigos virtuales. Por qué no intentarlo aquí también? Que aquí yazca.

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