martes, 3 de abril de 2007

Madre Deus

Que lejos queda el paraíso, y Alicia en el país de las maravillas maravillada por las sonrisas de los gatos peludos y los últimos recursos del stress de los marines y los bebés en una pesadilla bien pasada y pesada de bombardeos contínuos tormentas de arena arrollando personas personas arrodilladas en las mezquitas y los mezquinos de siempre desde el otro lado del orto del mundo peleando por nada la nada de negro en el mar muerto y el papa colgado de una percha se asoma al balcón de san pedro perdona nuestros pecados y perdamos la guerra. preguntándonos todos que hacemos aquí y el reloj de arena corre más rápido por las tormentas de arena. hombres atormentados en sus despachos y el despecho de los pedazos de personas que quedan y los pedazos de cuerpos dispersados en todos lados. rojo y verde militar. en busca del arca perdida para ponerle un precio y venderla venderlos vendernos a los ovillos de ovnis y de la onu ellos saben algo que casi todos nosotros no sabemos y sin embargo nos manejan como marionetas en un gran teatro en una obra que pronto termina como los cables deshechos de la matriz funebreros funestos de calas engalanadas en forma de banderas y los cerebros babosos allí repitiendo una y otra vez lo que se acostumbraron por los circuitos fijados entre sinapsis variadas. caminos de caminos erosionados por el uso de la costumbre las prisiones son cada vez mas invisibles y mas dificiles de escapar. el campo está minado de minas invisibles y el camino cada vez se hace más difícil o la distracción cada vez más ocupada por intrusos con intuición de conocer los enemigos. la mecánica macánica de carambolas más sofisticada y los aviones y sus coordenadas más profundas e infalibles se revelan para que no nos rebelemos, embebidos en la falsedad de nuestas vidas y el fín cada minuto más cerca y el trabajo trabajo cada vez más lejano. lejano oriente orientame por dios.

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