martes, 3 de agosto de 2010

la vida é sueño




There was a time when fear was to surrender. Now the rendez-vouz has became an obsession, most like a spell spreaded all over the blancket. Seeds of one square thought, quarter roots, wrong wood. I did care too much. Now, I don´t care at all. May be I´m frozen polar fire. So don´t try to get much further than this. A fazade. A fake plastic heart. It feels as If get closer to pain, I got used to feel nuthing. I wont change. I´m too old for that. I gave up my dreams. The pills are doing for my brain. The chord of that piano is now a sunday violin played in shyness from upstairs. May be a darker hair, a full stomach and thick ties. I don´t remember, just the instant of sense and everything going on in a dream, cutted like potatoes ready for the oven. The neighbourhood of old buildings, some paper bag flying near the one drive street. And everyday is afternoon. I try to reach the bus but something steps in my way. I prefer the calm see. And then I go back all over again and think, what went wrong? Can somebody answer that phone? I don´t make sense. I´m against it and the more of that twisted force, the more appears to had been living near my pillow. That dream. Because is a dream that opens a possibility. And chains, long chains, and an arena circle, a mirror, a wooden chair, a cage, a voice, sand all over the vynil floor. End of play.




Hubo un tiempo en que el miedo era para vencerse. Ahora, el recuerdo se convierte en obsesión, parecido a un embrujo derramado sobre la alfombra. Semillas de un pensamiento cuadrado, raíces de cuartos, madera equivocada. Importaba demasiado. Ya no importa para nada. Tal vez sea un fuego polar congelado. Así que no trateís de acercaros más que ésto. Una frazada. Un flato corazón de plástico. Cuánto más cerca del dolor, más acostumbraos a sentir nada. No cambiará. Es demasiado viejo. Renunció a sus sueños. Las píldoras están haciendo por su cerebro. La cuerda de aquel piano es ahora violín de domingo tocado tímidamente desde por las escaleras. Tal vez el pelo más oscuro, un estómago lleno y las nalgas duras. No recuerda, sólo el instante del sentido y todo andando en un sueño, cortao como patatas listas para el horno. El vecindario de viejos edificios, alguna bolsa de papel volando cerca de la calle de una sola mano. Y todos los días son por las tardes. Trata de alcanzar el coletivo pero algo se interpone. Prefiere la calma, ver. Después vuelve hacia atrás todo de nuevo y piensa, ¿qué ha pasao? ¿puede alguien atender el maldito teléfono? No da sentido. Está en contra y cuánto más de la fuerza torcida, cuánto más cerca vive de su almohada. Ese sueño, porque abre otra posibilidad. Y cadenas, largas cadenas sonoras, y un círulo de arena, un espejo, una silla de madera, trono del rey desnudo sin cabeza, una jaula, una voz, un cajón, alfileres agitados, arena sobre el piso de vinilo. Fin de la obra.






No hay comentarios.: