sábado, 26 de abril de 2008

saṃsāra


una palabra que primero en el recuerdo remite a un perfume publicitado en las revistas de moda de los noventa... luego a una película de la cuál la imágen que me viene es la del monje joven que sacan de una cueva, en la que se hallaba recluído por unos años, por motus propio. Supongo tendría sus motivos, casi inabarcables desde la herencia cultural de mi cabeza occidentaloide. cabeza que también heredó la inquisición, la pregunta y la curiosidad, mezclada con esta época de ediciones de conceptos, imágenes, como un copypaste zapping. entre tanta confusión y vacío, puedo decir que me impactó mucho esa película en su momento. Sobre todo porque al monje cuando lo sacan de la cueva, estaba en un estado de regresión (término psicologista, síntoma de la infección académica psi) o mejor dicho, era como un niño, al cual lo sorprende todo lo que haya en la realidad de sus sentidos. Así también lo sorprende la pasión por su amada, que lo lleva a la ruina, al mismo estado del que se quiso desprender cuando entró en la cueva en su principio.
Pero qué encontré publicado en este tema? Qué se trata de una rueda y de un concepto, que no alcanzo a comprender del todo, de reencarnación o renacimiento. Etimologicamente no se ponen de acuerdo, pero yo elijo, de saṃsārí: fluir junto. Como toda rueda, ciclos. Estados, si los partimos con la mente. Y explica: en la rueda de la vida, tres animalitos que se cazan en cadena: un gallo, un cerdo, una serpiente; deseo, odio, ignorancia, según dice respectivamente. Mientras tanto, seres que ascienden y desciende cíclicamente. Y siete reinos, y el señor de la muerte que preside todo este teatro.
Sé que es una aproximación superficial, ignorante y caprichosa. Si alguien puede alumbrar esta sed de conocimiento, le pido que se acerque y me lo haga saber de alguna manera u otra. De lo que entendí y se acopló a conocimientos previos, intuiciones y cavilaciones, se me antoja decir algo, según ese entendimiento. ¿Qué sé de esto? Sé que mientras el hombre y la mujer se pregunten por su existencia en este mundo, algunas respuestas pueden ir ensayando. Puedo saber que conceptualmente el pensamiento oriental es un pensamiento holístico, tiene muchos más años de historia en su genealogía. Esto es experiencia, producción de conocimiento de esa experiencia y sabiduría, que es como decir que entendió lo que conoció de esa experiencia y se remitió a ese origen de experiencia, buscando el origen de todo. Que es lo que da la historia. Entiendo que para entender que catso hacemos en esta tierra, en algún momento se nos debe haber ocurrido por simple observación de la realidad que la vida se trata de ciclos. En estos ciclos, los hitos serían la muerte y el nacimiento. Luego que hacemos en este transcurso, pasamos por diferentes estados. Pienso que el deseo se desprende de lo que nos gusta y no nos gusta en relación con los sentidos con los que conocemos la realidad. O sea, desde el momento en que nacemos, estamos expuestos a ver, oir, oler, tocar, todo aquello que concebimos externo. Nos infectamos con el lenguaje, las palabras, los pensamientos, sentimos por primera vez emociones en relación con este mundo y con la gente que nos cría. El odio viene a la historia, de la mano del deseo. El amor ya sería trascender este deseo, sobre todo de poseer al otro, de no aceptar esa diferencia que nos hace separados. Se odia aquello que alguna vez se deseó. Se odia porque no se entiende, porque no se puede manejar de acuerdo a nuestro utilitarismo, porque en algún punto esa diferencia nos cuestiona a nosotros mismos. La ignorancia sería ya creernos todo aquello que se presenta dado, sin cuestionarnos acerca de esa impresión. Ignorancia sería también, aquello que no nos tomamos el trabajo, o el tiempo para conocer. La ignorancia en si produce ese odio. Acaso no escucharon alguna vez decir que se ama lo que se conoce?. El deseo en si, produce esa ignorancia. El deseo vela por esa ignorancia que nos mantiene nonatos, a pesar de haber sido paridos. Y de sabernos? futuros muertos. Cuando no se sabe aquello que se experimentó alguna vez estamos expuestos a volver a vivirlo, sólo para recordarlo, reconocerlo. Tal vez de esa manera despertemos... pero hay sueño, sueño profundo en esta tierra, difícil de despertar. Y qué más hay en la rueda? Seres que vagan por diferentes estados en continuidad cíclica. Si seguimos presos de esa realidad entonces seguimos dormidos, seguimos cumpliendo ese ciclo impuesto, nos creemos la realidad, o como la llaman también los orientales, maya: el velo imaginario de esta realidad real. La cosa en si no podemos conocerla, conocemos la cosa en sí a través de su manifestación fenoménica. Eso dicen algunos. Yo no lo sé. Sólo repito, escribo, pienso, reformulo. Cuando hallo algo de verdad consonante, y la hallo porque mi corazón la reconoce palpitar, la adopto. La apropio. Entonces, también leí que el deseo nos mantiene apegados a la materialidad de este mundo, y ese apego es lo que nos causa sufrimiento. Coincido. Aprendo que se trata de vaciarnos de identificaciones, para volver a la autenticidad que nos saca de la serie finita de máscaras. Entiendo poco; compruebo que adopto imágenes de otros, según la experiencia próxima de mis seres queridos. Y que eso no es genuino. Que eso embrolla, que eso no permite salir de la proyección espejada ambivalente del deseo, si o no. Lo tomo o lo dejo. Que eso que embrolla no me permite transitar esta realidad con alegría, buscando puntos de contacto en comunión con lo diferente a mi. Entiendo que existe una tendencia a la confusión con el otro. Transito. Entiendo también que hasta que no podamos trascender nuestra propia historia personal en este mundo, con lo que traemos, con lo que hicimos, hacemos y haremos, sentiremos, sentimos, pensamos, pensaremos; seguiremos repitiendo una y otra vez aquello que nos mantiene atados, porque le temo a la nada, le temo a la muerte. Porque existo en esta tierra. Entonces seguiré siendo el fuego de la misma vela?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"De este desapego (Takuan) viene el alto espíritu (K'uanghuai), un alto espíritu que nos permite ir por la vida con tolerante ironía y escapar alas tentaciones de fama y riqueza y logro, y eventualmente nos hace aceptar lo que venga. Y de ese desapego surge también un sentido de libertad, un amor por el vagabundeo y el orgullo y la despereocupación. Sólo con este sentido de libertad y esta despreocupación llega uno eventualmente a la aguda, a la intensa alegría de vivir."

"Realidad - Sueños = Un ser animal.
Realidad + Sueños = Un dolor de corazón (comúnmente llamado Idealísmo).
Realidad + Humor = Realismo (llamado también Conservadurísmo)
Sueños - Humor = Fanatismo
Sueños + Humor = Fantasía
Realidad + Sueños + Humor = Sabiduría.
De modo, pues, que la sabiduría, o el más alto tipo de pensamiento, consiste en atenuar nuestros sueños o idealísmo con un buen sentido del humor, apoyado por la realidad misma."

LIN YUTANG (extraído de "La importancia de vivir")

LuLú dijo...

agradezco su aporte anónimo...
Realidad + Sueños + Humor = Sabiduría.
atenuar nuestros sueños o idealísmo con un buen sentido del humor, apoyado por la realidad misma


GRACIAS