lunes, 22 de diciembre de 2008

ad honorem

http://www.youtube.com/watch?v=9Px_YN0wvC8

Qué bien que vendría hoy un manjar de los dioses del viento dulce perfumando de verde y rojo el aire de esta habitación celosa. Es en tu honor por los banquetes que nos hemos brindado aquella temporada fresca de amar rejuvenecer. No es que antes no me haya percatado de todo lo que te extrañé y todo lo que me hiciste falta durante este último tiempo. Pero de alguna manera sentía la certeza de que las cosas van en su lugar. Y en su lugar organicé mis planes y aquí estoy, al pie del cañón, perdiendo batallas para perder el egoísmo de una buena vez por todas. Explicaciones no creo que falten, creo que sobran a esta altura del partido. Es que poniendo los pies en la tierra necesité que así fuera. Es un homenaje bien merecido, de las vísperas pasadas.

Ahora vuelvo a este tiempo presente, a las presentes circunstancias y a los presentes de Natividad. Ganas de explotar no me faltan, ganas de volar me sobran. Ganas de reirme un poco, un rato, entre copa y copa, sorbo y sorbo. Nadie dijo que sería fácil. Nadie dijo nada y en su lugar habitó el silencio y habilitó la fugaz fuga por un rato (unos días?) para descansar de la contienda. Y para qué sirve la contienda si no es para llegar a los límites de sus participantes a la expectativa de hacer un hueco por donde se extrañe el vislumbrar de aquello que se daba. Ahora habrá que vérselas con el hueco propio de la propiedad privada. Como en todo en la vida, habla la vieja vizcacha por momentos mientras se fuma la pipa de la paz del tabaco tosco, como todo en la vida es cuestión de dosis. Es cuestión de que a veces te toca jugar de centro, a veces de auxiliar, a veces te toca el cambiazo y a veces la victoria. Como todo en la vida es cuestión de tomarse la botella del humor ácido por donde se lo sorba. Como todo en la vida, retirarse y calmarse para reencontrarse.

Rendiré exámenes de conciencia con finales preliminares. Aprovecharé el aventón de este envión para contribuir al progreso prolongado. Respiraré un poco en mis aposentos leyendo libros de poesía de mujeres poetizas, escucharé melodías autóctonas tendida sobre el manto del jardín interior. Conseguiré un medio de sustento honorable y placentero para autoabastecer los límites impuestos por la exagerada convivencia con la realidad de otros. Tragaré saliva, respiraré hondo muy hondo mientras la persiana blanca enfoque a las chicharras en pleno apareamiento desde el balcón de mi territorio. Son pequeños ajustes, son variables los humores. Trato de aplicar las lecciones de mi tiempo de experiencia con algún sabor a fruta por madurar y su intenso aroma me invita a tentarme una vez más con las mieles de las lunas que ya pasaron. Escarbaré en mis memorias adulteradas para guiarme una vez más por aquella parte que aún yace cuerda y le da sustento a la intención amorosa por sobre todas las cosas en este mundo, mi mundo privado.

No hay comentarios.: