sábado, 20 de diciembre de 2008

la cara de piedra de vanity fairy

la seriedad es una pastilla que viene en grajeas contábiles, administrada en dosis y si teneís gotero en gotas, gotas, gotas. la seriedad viene de frikfrakneón. es la sonrisa, mi sonrisa, lo que extraño. lo más extraño de todo es que no solía sonreir a menudo, sino en su justa medida, por si los brackets, por si la sobriedad anidaba cerca de las ventanas ojos. por eso incontaba las ebriedades, para darle un empujuncito al desparpajo. ¿hasta cuando o será siempre así? pero si sonreía era una cuestión descocada no apta para cámaras estéticas. más que sonrisa era carcajada de locura infinita desorbitada. así amargos vienen los mates hoy en día a cualquier hora del día. y la dulzura es un condimento extra que los mosquitos elijen cuando en el verano eligen la piel más cálida para picar sus picaduras. decían, es porque tu sangre es dulce tan dulce como un manjar para nuestros pichones. la lágrima era el aderezo más a mano en la alacena. era de la emoción de los temperamentos melancólicos que traban energía de alegría y abren las compuertas de las tristes siestas. ojo que lloro porque soy tan sensible que todo toca a mi narcicismo engalanado. soy tan sensible que lloro por vos y por mi y por todos a mi alrededor, soy como una esponja de malestar, un chivo expiatorio que se ofrece para el sacrificio de la manada. cara de ojete por si las dudas no quedaban claras. cara de ojete ante cualquier circunstancia no agradable para la rígida espera. hostilidad sutil pero evidenciando el descontento. te haré pagar caro cada una de mis pequeñas frustraciones, porque tengo coronita de princesita despojada y despechada y caro me cuesta a mi la defensa de artillería que tengo que usar por cada guerra que elijo jugar, porque no juego juegos de niños sino de adultos odiosos. te haré llegar a tus límites pacientes. te haré desatar la ira más grande que lleves puesta con la actitud de mula tozuda que se ha quedado sin palabras humanas para salir del evento difícil. y querrás sacudirme con un par de trompadas bien puestas, pero sentirás la impotencia de no poder hacerlo pues soy un bonito envase de especímen caprichoso que no mide sus consecuencias actorales. entonces recuerdo, soñé que en un viaje teníamos que actuar la función final y éramos convocados aquellos presentes, puestos a prueba en el escenario pero nunca dábamos con el impulso inicial para iniciar la escena, entonces éramos excluídos del acto. deshechados por otros seres más aptos por su audacia de acción primordial. aquel que se ponía en la cabeza de dirigir la escena tomaba la decisión más eficiente, pues no había tiempo para esperar a los más lentos o a aquellos que no llevaban la estrella de la gracia en su ser. esos seres serían seres serviles, siempre detrás de la escena primordial, mordiéndose los labios de la envidia de no poder ser. un serio resentimiento que elige jugar el comodín del extra. acompaña a las estrellas y alimenta su ego cósmico, se relame con aquello que el prodigio es capaz de dar de si, pero nunca se sentirá capaz de ofrecer de si algo que los demás estén dispuestos a pedir, no ofrecerá jamás su simpatía de monerías para divertir al rey y a sus plebeyos. seducir implica perder algo de si que tiene tan agarrotonado para si, no cumple órdenes de acción, lo ejerce en su intimidad y jamás llegará a ser vislumbrado en el tiempo corto que nos toca jugar en el panteón de los dioses. y sin embargo seguirá alimentando su reserva con el mecanismo de esconderse para que lo busquen y lo atrapen. que le pidan hasta que se cansen que ejerza su motivación oculta, pero es demasiado impoluta como para poner en evidencia su imperfección móvil, mejor quietita como muñequita de plástiko en exhibición. su gracia inmovilizada, casi como la muerte que la tocó y confundió a hada madrina. es el pabellón de la histeria, mirar pero no tocar, una estatua viviente que se reseca por dentro mientras la vida influye en el mármol y el tiempo desorbita los relojes. ¿ cómo salir de su ataúd de cristal? si la nada no percute al impermeable que la protege. la protege de realizarse para agotarse. en el mito el castigo era ofrecerla a las bestias encadenada a las piedras hasta convertirse en una piedra más del abismo. pero ella quiere romperse, destruirse. es el único modo que encuentra para liberarse de su condena eterna. de que le sirve el dote y el don sino puede hacer uso de si.

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