martes, 5 de abril de 2011

taken o tomada de pelo


al principio, no sabía de qué estaba hecha.
había muchos libros ahí en las habitaciones y en los cuartos aledaños que llamaban su atención. también tenía sueños recurrentes; siempre el fuego y el diablo inglés. primero en un accidente de dos hermanas corriendo alrededor del mismo en el living de la casa rústica de la infancia. mucho ladrillo a la vista. muebles de madera quebracho o madera algarrobo. mesita ratona con vidrio y predisposición a los accidentes. una gran chimenea. pisos ocres que la cera no tardaba en oscurecer. dos ventanales gigantes con persianas barnizadas y mirada hacia el jardín. rejas verdes. era de noche en el sueño. y cuando despertó su hermana yacía a su lado durmiendo todavía.
el otro, una nube espacial redonda y de papel brillante como el aluminio corrugado o el papel glacé plateado. dos grandes ventanales por donde se asomaba la galaxia y un grupo de niños sentados sobre un sillón zen. dormidos. cabezas rendidas a sus costados. menos uno que estaba despierto y veía desde sus ojos que el mismo diablo inglés estaba manejando la nave y tenía controles de colectivo y de guerra de las galaxias. sólo, abría los ojos y veía el panorama. luego miedo. pesadilla. patada. realidad.
entonces, descubrió que tenía miedos recurrentes y que se dibujaban en los sueños de una manera anárquica pero persistente.
una vez, le sucedió que tuvo una laguna mental en donde desconoció el ambiente y quien era y qué hacía allí. luego despertó del click extraño como asombrada y reconoció el mantel naranja con bordados de flores chiquitas y blancas. el frutero de bananas podridas. las manchas poxipol que había quedado pegado mantel y mesa en un descuido audaz de arreglar algún suceso cotidiano sin el reparo suficiente por la situación general.
como comenzando de nuevo, volvía a su vida habitual.
después llenó cuadernos de palabras, con el pretexto de historizar su memoria auténtica y rudimentaria.
ya de más grande, a medida que siguió leyendo esos libros de la bibioteca y del escritorio, descubrió la música y la expresión corporal. quien tiene oido, tiene rítmo innato.
papá le enseñó la música cuando empezó a conseguir los cds en oferta del supermercado norte. quedaban allí dando vueltas y había que escuchar a ver de qué se trataba.
mamá le enseñó de apertura mental, inocencia y desprejuicio.
las hermosas hermanas menores le daban conversación aún desde sus primeros años de vida. compartieron muchas aventuras y muchas peleas también. y aprendieron a compartir y a convivir y a ser honestamente hermanas. ese gran lazo que nos acompaña de por vida. no hay mentiras, hay celos, rivalidades, genialidades, comunidadades, juguetes rotos y patadas ninja. hay mucho juego de saltar el colchón cuadrilátero performando la lucha de gigantes pequeñas. estrella fugaz versus agua fiesta. y nombres de ponys. pin y pon. playmóvil. fibras y hojas de cálculos para los ensayos fugaces de los dibujos perfectos.
después hubo tiempo de encerrarse en la habitación. ya no entraban las piernas en la sillita de jardín naranja. el grabador había sido secuestrado. el cajón de los secretos se llenaba de papeles y papeles de recuerdos y recuerdos. el tiempo de los amigos pasó a ser el más interesante para chusmear de la vida. y la vida comenzó a repararse en soledad, en aquel recurso y rincón del secuestro abstraído de sí. había que preguntarse cosas. había que imaginar respuestas.
había que ensayar palabras y deseos. otros intereses se habían comenzado a gestar y ya había algo pero en bruto y aún falto de organización.

después varios años pasaron y se aceleró el motor de la existencia. persistía esa fuerza de autoconocimiento recíproco y se interesó por la psicología y las artes. persistía la búsqueda y el desencuentro. el encuentro fugaz. el encuentro platónico. el reencuentro plutónico. el choque volcánico. ansiedad y depreciación son las caras de la misma moneda. como el yin y el yan. llanto que revivía el drama de siempre. pero realidad es lo mejor que te puede tocar exorcizar. porque hizo alguna limpieza. algún gesto en reversa. forjando la estructura balance del equilibrio entre movimiento y quietud.

palabras más o menos, me estás dejando. palabras más o menos ayer me decías.
palabras que se lleva el viento
de un deseo que pasa debajo del puente cuando cruza el tren.
soplo espíritu que se estrellará al caer.
life is for free
take a way.

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