lunes, 7 de enero de 2008

Declaración Somnolienta:

Perderte no fue fácil,
nunca lo fue.
Perderte para volver
a encontrarte
una y otra vez,
dos y tres...
Quizás pensé
que era tan difícil
que nunca me animé.
Conocerte fue difícil
tan difícil como encontrar
luces en un estanque.
Conocerte fue conocerme.
Un viaje de ida gratuito
un pasaje de vuelta
sin fecha ni lugar
de destino.

Y sin la posibilidad de canjearlo ni de llenar los espacios en blanco, como y cuando quisiera. El pasaporte había expirado y yo seguía esperando que abriera la garita. Y el equipaje se había quedado atascado en el trasbordador. Claro que a ese ritmo ya había perdido muchos vuelos, y había llegado tarde a muchas partidas, y me había equivocado cientos de veces de plataforma, de puerta, de piso, de transporte, de destino. Pero yo seguía esperando, ya sin equipaje y con un pasaje fantasma que habían hecho de sobreventa. Un truchada, pensaba yo. Una macana macabra pensaba ella que ya desconfiaba. Pero seguía sentada en la estación, esperando que abriera la garita. Cuando desperté del sueño, todavía estaba en la estación o en el aeropuerto. Y sabía que esperaba pero no sabía qué. No dudé, estuve sagaz al fin y al cabo, y cuestioné ese principio que me había tenido de okupa en la estación o en el aeropuerto, porque ya no recuerdo
cual era el medio de transporte que le correspondía a mi ticket de vuelta. Pregunté, primero a un tal Sr. de no sé dónde si él sabía qué esperaba. El me dijo sorprendido, que él sabía a donde iba él y por cuál de los medios disponibles, pero que de mi destino no sabía nada, que era buena idea preguntarle a la de la garita. Claro, pensé, gracias. Eso era lo que estaba esperando, que alguie me hiciera acordar que era buena idea que abriera la de la garita, así podía canjear el pasaje, por un destino y por una fecha que yo quisiera. El tema es que ahora que me daba cuenta, mientras la de la garita abría, yo me ponía a dormir y entonces olvidaba a donde y cuando. Y cuando me despertaba, la de la garita ya había cerrado su turno. Pero este despertar, gracias al Sr y a la de la garita, se había planteado con otras variantes. Ahora me daba cuenta de que si no sabía a dónde ni cuándo, no podría canjear el pasaje. De eso dependía también el transporte que elegiría. Porque este ticket era vale todo, como si lo hubieran hecho en otro planeta. Fui decidida a la de la garita, antes agredí al Sr. sin razón, pero con agradecimiento. Y miré la cartelera. Pensé que ver los destinos en oferta, me ayudaría a tomar una decisión, que todavía no me había puesto a pensar. No hubo caso, no entendía, no empatizaba con ninguna de las palabras de los carteles. Ahora se me ocurría una intuición. Yo recordaba del sueño, que había estado en Plutón, habiendo sido antes expulsada de Venus. También recordaba que la caprichosa Luna me había hecho ciclotímica respecto de las costas de Neptuno. Pero estas costas habían resultado un gran buceo inconsciente. También recordaba que en saturno me había quedado muda e inmóvil y que si no fuese por los anillos verdes de Júpiter y por la sagacidad de Mercurio, todavía seguiría esperando que Marte me diera una patada de impulso, apoyado por la electricidad de Urano. Pero claro, el Sol me había engañado cuando lo visité, yo pensé que con sólo tener el ticket era suficiente acomodo, y seguiría esperando, si es que no hubiese recordado, que ya conocía esa galaxia porque había despertado y revisado el destino de ese sueño. Pensé, que estaba en aprietos. Me tomé un sorbo del licor que compré de souvenir en Neptuno, pero no me hizo efecto, más que un leve mareo de inconsciencia. Me miré al espejito que me regalaron en Plutón, cuando en Venus no me aceptaron. Era asimétrica la huella que había dejado Saturno en mi garganta. Era tal como la había soñado. Me miré las manos, allí estaban contentos los anillos verdes de Júpiter en el dedo índice, me indicaban que hablara, que preguntara, que no me quedara quieta y en mutis. Que el viaje por Saturno también había pasado, que ahora mirara para el futuro. Entre tanta pérdida de tiempo, la impaciencia de Marte me sacudió con la electricidad que había cachado en Urano, todavía quedaban restos del rayo en mi cuerpo, en mi ser recién despierto. La luna y el sol todavía se peleaban, una dudaba, el otro pensaba que con el ticket era suficiente, que ese era el pase fundamental que me abriría las puertas del reconocimiento. Pero una dudaba, todavía. Y mientras tanto, la patada de Marte ya me había expulsado a la de la garita, y ya estaba sacando el ticket para canjearlo y terminar con esta historia de una buena vez. O mejor dicho, pensaba en Marte, tomate cualquier destino, total después si querés lo podés cambiar de nuevo. Pero si algo había aprendido de esa impaciencia, es que en su justa medida te pone en movimiento, pero si la mueve impaciencia, tal vez elija el destino erróneo. Esa era la balanza constante de aire, esa era la inquietud pasiva. También ardía la chispa del entusiasmo y del impulso inicial, pero debía ser responsable y analítica, y pisar en suelo seguro antes de tomar ninguna decisión, y claro antes debía tamizarlo como un cangrejo tamizado de arena. El destino dije, claro, quiero uno de color naranja. La de la garita me miraba con cara de lástima y enojo. No sé cuál venía primero. Pero las dos caras estaban presentes. Puse en práctica el capacitación en atención al cliente y me dijo, claro, Srita, ud. se refiere a este lugar, que en el plano que me mostró estaba pintado de ese color. Y yo le dije, no, espere un segundo... Es ese lugar donde la gente tiene color anaranjado, más tirando a amarillo que a rojo, pero intenso como un cítrico. Puso en práctica su empatía, lo sé porque yo la practico también en situaciones extremas. Si, es aquí. Y señaló un punto en la pantalla que tenía más de universo que de planetas, pero ese lugar que señaló era ese lugar al que yo quería. No fue ni por sugestión ni por hartazgo. Sabía con la certeza de la intuición. Y si. Deme para esta misma noche. Sigue siendo válido el ticket?. Si Srita, quédese tranquila, el pasaje fue hecho con sabiduría, ud. ya viajó en ese sueño, pero yo no la quise interrumpir, por suerte ese señor le indicó dónde y cuándo era momento de mirar a la garita para cambiar el pasaje. No se preocupe, no se arrepentirá. Es uno de los mejores lugares que conozco, aunque no fui personalmente, pero la gente que va a ese lugar es parecida a ud. Algunos pasan mucho tiempo dormidos, pero siempre en algún momento se despiertan y además, no todos tienen el ticket ese que ud. tiene. Ud. se debe considerar una afortunada. Yo le contesté que nada parecidamente remoto a eso que ella decía, pero que me placía ir a ese lugar. Y así fue. Embarqué. Partí. Todavía me encuentro en viaje, pero estoy más cerca que antes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

GROOOSDSSSSOOOOOOO!!!!
QUIERO YO ESE TICKET!!!! :D

LE RECUERDO: "no todos tienen el ticket ese que ud. tiene." (cosa que concuerdo con la Sra!)

Y usted u otro contesta:"Todavía me encuentro en viaje, pero estoy más cerca que antes."
APLAUSOS!! PLAC PLAC! PLAC!

Para mi este es mucho más fácil que el inglés, pero te cuento como lectora, que me trajo miles de imágenes de mi cabeza a mis ojos!! Planos generales, planos detalles, colores!! mucho movimiento, porque tiene esta cosa de descripción, tipo SNATCH (creo que se escribía así). Impresionante!
~Gracias!

...debieras ver entre varios q tenes y seleccionar para enviar a algun concurso!; pero bueno, yo lo tiro como data, sé que cuando uno se anima lo hace. : )

nos veremos!