la cicala lala

Hay cosas extrañas que le suceden a uno. Cosas extrañas que hacen que la vida pueda parecer muchas veces un extraño viaje exótico de sorpresas y souvenirs. Y por qué no de símbolos... El tema es que anoche antes de anoche, volviendo de una reunión humana, un poco desilusionada por percibir enemigos ocultos sin razón de ser, nomás que prejuicios, envidias y resentimientos, y luego de intentar conectar con los sufíes y con el calor que hacía, me pegué un baño en la oscuridad de la noche a propósito sin encender luz artificial, sintiendo que estaba en otra tierra, que no era la mía, en otra vida que no era la mía, sintiendo que era otra persona que no era yo, pero bueno, era sólo la imaginación en los paisajes desconocidos de algunos momentos cotidianos. Mientras tomaba ese baño, para purificarme de malas energías tal como las sentía, me preguntaba porqué miedo, porque miedo a los insectos, porqué miedo a los espejos del baño en la oscuridad, porqué tantos miedos innecesarios, pensando que la vida con los ojos cerrados, sería más auténtica, los ojos cerrados, no por evasión, sino por desconectar las imágenes que hacen muchas veces de pantallas de la realidad y que dan motivo a esos miedos...entonces, me acosté en la cama y me dispuse a descansar, cuando desperté entre sueños en la oscuridad con un chicharreo y caí en ese momento que tenía una chicharra en la mano, que se había posado en algún momento de la noche, allí a descansar junto conmigo, y que si no fuera porque me dan miedo los insectos a la luz del día, o mejor dicho de la oscuridad de los prejuicios, no le temería. Por miedo, pobre chicharra, salté disparada del susto y dejé la chicharra en mi cama. El bicho, que es como una mosca achatada, mezcla de grillo, mezcla de mariposa, mezcla de escarabajo, preciosa, neta y torpe, tal como es, se movía a los tumbos y no entendía nada, y yo menos. Salí aterrorizada, luego pensando qué sentido tendría tenerle miedo a una muestra tan inocente de naturaleza, a un insecto que sólo insecto canta muy fuerte, en los árboles de la plaza de enfrente de casa y no le hace daño a nadie. No la quería matar, no tenía razón de matarla, sólo quería que volviera a los árboles a seguir cantando con sus amigas chicharras. Y por sobre todo, quería seguir durmiendo, era muy temprano en la mañana, todavía no amanecía. Luché en mi cabeza con la chicharra, me encerré y la puteaba a la pobre. Esperando que saliera de mi habitación, pero no le había dejado ventana abierta. Entonces tomé coraje, antes habiendo intentado volver a dormir, porque ella con el susto de mis gritos, se había escondido en algún lugar que no podía identificar, pero seguía chicharreando, como diciendo, todavía estoy acá, y quiero volver a ese momento en el que descansaba en tu mano como si fuerámos amigos. Cuando dormías no me tenías miedo, me dejabas reposar tranquila. Qué ha sucedido ahora? o mejor dicho, qué hago acá, si tendría que estar en el árbol cantando que está por amanecer y hace un calor de apareamiento! En fín, después de mover de arriba a abajo la habitación y de hechar raid para que saliera de su escondite, decidí hacer lo más sensato, dejarle la ventana abierta, que oyera el sonido de sus compañeras y que saliera volando por donde entró a posarse en un árbol y seguir cantando, así yo podía tirarme a dormir en mi cama nuevamente. Y bueno, la dejé en libertad, con las puertas abiertas y me fui lejos, cosa de no verla, pero saber que se iba. Y así fue. RARÍSIMO!
Luego, no pude retomar el sueño y me puse a hacer miles de cosas que habían quedado pendientes, pero pendientes en el placer...disfrutar de mi día, de mi mañana que se extendía ampliamente a pesar del calor y raro, me encontraba con muchas pilas y con un humor bienaventurado. El tema es que no pude buscar el simbolismo hasta recién, que me metí en internet a ver de qué se tratata mi amiga chicharra, durmiendo en la mano de una desconocida, con un camino particular para entender ciertas cosas... El miedo irracional me hizo cuestionar mil cosas en ese momento, miles de cosas que no entiendo porqué son así, por ejemplo porqué ese miedo a los insectos y a una indefensa y simpática chicharra y no miedo a los h d p que se encuentran a diario en el paisaje de la humanidad?! Porqué ese sobresalto contínuo de pánico ante la vida?! De dónde vendrá tanto temor, tanto terror de sobresalto?! Bien podría imaginarme que si hubiera estado más familiarizada con este insecto, podría haberlo tomado en mis manos y soltarlo en el balcón, pero no podía... prefería que la chicharra siguiera su camino, ella sabía mejor que yo, qué hacer en estos casos, su instinto estaría sincronizado con la naturaleza, y la naturaleza es una dama sabia, no sobria, pero voluptuosa y ocurrente, que sabe proteger a sus hijos y enseñarles el camino...
La chicharra, cigarra o coyuyo, me dio para investigar un par de horas. Y mis ojos no cesaban de asombrarse con sus significados. En primer lugar, este bicho generoso e inocente, era muy bien considerado por los antiguos sabios. Ellos admiraban su canto y su naturaleza noble. Simboliza la inmortalidad del alma, la alegría, guía de músicos y poetas, es uno de los insectos con más larga vida, se alimenta sólo de el zumo que extrae de los árboles, no le hace daño a nadie, canta fielmente en la temporada estival para el apareamiento. Y su gestación es un tanto larga y compleja. Cuando la chicharra hembra (que no canta, pero tiene oídos grandes) se aparea con la chicharra macho (que canta muy fuerte muy alto para aparearse) suelta a sus pequeños a la tierra. Es muy raro que las chicharras sean vistas, porque por lo general se saben camuflar muy bien entre los árboles y raramente vuelan. Sus pequeñas ninfas hacen un pocito en la tierra y allí se quedan por algunos años. Cuando ya están maduros, hacen túneles y llegan a los árboles. Allí se da la metamorfosis chicharrera. Y nada, supongo yo que trepan y se adhieren a un tronco amigo, y desde allí vuelven a repetir su ciclo, soban el zumo del árbol, su sabiduría quizás, y vuelven a cantar para el verano, y vuelven a escuchar para el verano, y se unen y hacen más chicharritas. Por lo tanto, le pido disculpas a la chicharra por mi ignorancia humana mi trato irracional, yo también la quiero, cuando no tengo miedo. Y agradezco haberla conocido y haber compartido un sueño con ella. Dicen también por ahí, que al ser un símbolo sagrado de resurrección y renacimiento, de inmortalidad y alegría, han sido venerados como tales. Un dato curioso, los chinos tallaban cigalas en jade y se las colocaban a los muertos en la boca para que pudieran emprender una vida después de la muerte que sea bienaventurada. Otro dato curioso, se utilizan como talismanes para protegerse de los enemigos, sobre todo de los enemigos de poder. En fin, gracias cicala lala, por este regalo que me has dado de conocerte mejor para amarte en lugar de temerte. Gracias por la bendición, la tomo como tal. Gracias por la alegría, y ahora revienten de envidia, malditas hormigas piconas y obedientes. Gracias cicala, por tu declaración de apareamiento de aquella noche, con ese ronroneo zumbante libidinoso que le hacía cariñitos a mi mano, pero el amor entre una cigarra y un humano no es posible, vaya a aparearse a la plaza con sus compañeras y siga cantando bien alto, ya no he de considerarla una molestia, sino una bendición de la madre naturaleza.