viernes, 13 de febrero de 2009

solong

Podría ser un país, o mejor dicho, una capital cosmopolita de algún lugar por el oriente a prueba de balas, abundante aguacate, alcornoques de maravillas y monedas fortuitas.
El personaje se sumergería en una sensación sumamente placentera: la sensación de riesgo tomado a conciencia. Tomaría una ruta, un camino, convencido y certero; no intentaría cazar el fluir del azar de que fuera lo que fuera, aún aquello que hasta entonces no habría imaginado y para lo que intentaba preparse una y otra vez -como si le fueran a tomar algún exámen-.
Llegaría al páramo un descontento conocido, sin embargo, nada podría torcerle la voluntad de así quererlo. (Son esos instantes en dónde uno ama la vida que lleva=) esos instantes en donde teme perder también aquello que ama.(

¨+"Seré tu espejo, reflejaré lo que aún no sabés de ti mismo"
Los espejos tienden a quebrarse cuando no nos place lo que vemos reflejado en ellos. Ese es el riesgo más temido. Advertidos estareís y sacareís el mejor provecho de las fuerzas escondidas.

El personaje estaría viajando entonces, convencido de empezar la ruta nueva, habiendo perdido lo que le alivianó la carga para largarse a lo desconocido, impulsarse hacia su futuro.
Aterrizaría en algún hotel de aquel destino Solong, habíamos propuesto. De noche, plenilunio. Se daría un trago de las conservas de cosechas veraniegas. Y comenzaría a volar tirado en la cama del hotel. En ese vuelo desconocido tendría algunos flashbacks de lo acontecido recientemente hasta ir cada vez más lejos en sus conexiones, encontrando algún tipo de patrón de exploración. Se quedaría dormido en un lindo sueño al dar con la ficha correcta.
El sueño él sueña. Se querría a sí mismo lo suficiente para confiar en los pasos que daría. Sus zapatos comenzarían a andar por si solos, estableciendo algún tipo de desconexión con el piso terrenal, lejos hacia arriba como un gas de surtidor en dónde se elevaría.
Alguien lo pensaría, lejos, en otro país, en otra ciudad, añorando aquellos paseos cósmicos por la terraza algún verano de sol y luna. Alguien se animaría con su recuerdo a volar lejos para ser compañía de inspiración. " me entristece que te vayas, y sin embargo, gracias por lo que dejaste en mi".
"claro y ahora lo dice, esta atorranta. sólo es una amante de la atención, una mentirosa. ama ser decepcionada. que no se meta conmigo, ahora que pude escaparme bien lejos para olvidarla definitivamente. se merece estar sola, no creo que nadie soporte jamás su amargura"
Le tocaría al que se queda, hacer el trabajo más arduo del duelo. Cada uno a su manera ha buscado la forma de su destino en esa circunstancia.
Ambos sabrían que el amor los desparramaría, tiraría de sus nervios dolorosos al ejercer el corte de cordón pareja. Sin embargo, estarían preparados para este destino desde el comienzo - El comienzo es como el final: se encuentra en el mismo punto de regreso y partida lo que los convoca juntos por primera vez-
Se agitarían cada uno en su lugar de estadía esa misma noche en un bar furiosamente el exorcismo del pasado y el punto de no retorno, sentido como una liberación constante que tiene sus razones inteligibles para cualquier ser despierto que busque aprender de su experiencia. esta vez invertirían menos ilusiones al respecto -menos costosos son aquellos duelos igualmente siguen siendo duelos, duelen- algun agobio mojado en la copa de alcohol del bar más cercano, los cigarrillos carrasposos de la madrugada, el tango eterno de la despedida, la euforia de la innovación. Destrozados por la resaca de la noche larga, cada uno en su ciudad, cada uno en su lugar de estadía, arrancaría hacia la cama más cercana del trayecto. Terminarían en lechos desconocidos sin importar -lo que cuesta del cinismo es que da todo lo mismo y eso nos aloja cerca de la muerte y de la destrucción-
Habría venido a Solong por una razón bien clara, clarísima excusa de dejarlo todo y probar suerte en otra parte, escenario aún desconocido personajes por conocer (terminan repitiéndose aquellas cosas de las que queremos huir, vayamos donde vayamos, estemos donde estemos)
Habría quedádose en su ciudad por falta de mérito de fuga. -Mientras el que se queda añora, el que se va anhela-
Serían las horas de la madrugada cuando recomenzaba su rutina cotidiana, envidiando al que se había dado en fuga. Reconociendo que jamás había sido tan feliz para terminar con aquella historia pendiente desde siempre. Pero aún no lo sabría.
Por un instante comprobaría cuánto lo hecharía de menos. Cuánto de todo aquello no habría sido en vano. Cuánto de todo aquello habría comprendido recién ahora, que lo habría perdido.-irónico el destino que nos humilla una vez más-
"nunca reflejé en ojos tan océanicos como los suyos. creía habría encontrado un lugar de reparo y verdad, era suficiente sonreir caricias soleadas como aquellas"

acá el personaje dejado en cuestión se cuestiona porqué imagina un destino con final humillante y ya no puede continuar con la farsa de imaginarlo todo. ¿por qué añorar lo que nunca sucedió cuando lo que está sucediendo es una bendición del cielo?
la incoherencia humana es la plaga más frecuente de sufrimiento. sin embargo, we greed with grief.
va la maestra de la bohemia inconclusa en su tarea. su personalidad es un duelo desestabilizante, su corazón un inmenso deseo de cooperación, su expresión una mezcla de mística y rebelión. su destino es un número maestro, sus dones estuvieron pensados para cosechar éxito.
time, fate and above all, love.

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