martes, 24 de mayo de 2011

la equivocada

sarah, la equivocada, tenía la costumbre de cometer un error por día. jueves, olvidarse la cartera en la sala, lunes, tomar tarde el colectivo, miércoles derrochar las monedas que le sobraban para que, viernes, haberse quedado sin crédito y siendo las doce de la noche y con dos pesos en su entera billetera, faltaran esos cinco centavos gloriosos que no hacían llegar al 1,20.
sarah tenía la costumbre de trabajar de docente de nivel inicial, pero no podía enganchar el puntaje para obtener la titularidad así se conformaba con suplencias esporádicas. las compañeras le decían que le pasaban el cv para presentar en la institución ésta que era privada.
- no me interesa si es una escuela privada. decidí hacer mi lucha en la pública. mañana vamos con unos compañeros para el ministerio a ver si podemos conseguir una entrevista con el asesor de mirqui.
sarah estaba equivocadamente de novia con un pobre chico que no la merecía. no porque sarah fuera de otra liga inalcanzable para el chico -eso es una estupidez; sino porque sarah era un calvario que nadie merecía.
el calvario mismo encarnado en una novia insegura, mentirosa, que no pensaba lo que hacía ni mucho menos lo que decía, que llamaba cada veinte minutos para controlar al pobre, que si no le atendían se enfurecía aún más y entraba en unos ataques de pánico y rabia que la dejaban tirada en la cama sin fuerzas para pensar en otra cosa, que seguiría insistiendo hasta que decidieran desconectarle el teléfono del otro lado. que cuando la llamaran para contarle porque no habían podido atender por razones laborales, se pondría ácida e irónica como una hija de puta, y le inventaría al pobre, una amante rubia, moderna y pulposa, al mismo tiempo que le echaría en cara que los fines de semana había decidido trabajar porque prefería compartir la noche en la guardia con la compañera que con ella y su proyecto de hacer talleres de bongoo eran la excusa encubierta para garcharse a sus alumnitas, más que para garchárselas, para desearlas. etc, etc, etc.
pero ya sería tarde para sarah, la equivocada.
- ya sé que te enamoraste de otro. ese otro tendría que haber sido yo. ese lugar es mío.
- no. te juro que no. no sé qué me pasa. necesito aire. necesito un tiempo. necesito tiempo para mí. me dí cuenta de algo.
- dale boluda, soltá el nombre. quién es?
- nadie. no escuchás lo que te estoy diciendo?
- si. nada. puras palabras vacías.
- pero si te estaba por decír, me dí cuenta de algo. vos sos el que no quiere escuchar.
- lo siento.
- yo creo que lo intentamos. lo intentamos de todas las maneras posibles. tuvimos dos años para darnos cuenta.
- no te creo nada. hablá desde el corazón, o te da miedo?
- quiero estar sola.
- y para qué carajo te viniste a vivir acá, forra?
- me equivoqué.
- mirá, pensá! después de todo lo que me quemaste la cabeza con otras minas, después de todas tus escenas violentas y de locuras delirantes que me arrebataban las ganas de vivir, después de todo eso te das cuenta de que te equivocaste. mirá qué bien...
- a vos te parece sencillo admitirlo? a vos te parece que el desgaste lo pagaste vos solo? no fuimos acaso dos? evidentemente, no.
- nunca te fuiste porque nunca estuviste.
- fuimos dos.
- nunca fuimos dos.
- me equivoqué. me dí cuenta tarde. lo siento. siento por toda esa locura que se generó entre los dos. quise ser algo que no era, para parecer algo que te gustara. lo siento. si volviera el tiempo atrás, te evitaría cuánto dolor me fuera posible. lo mejor que puedo hacer ahora es dejarte en paz. que seas libre. es lo correcto para los dos.
- no tomes decisiones por mí.
- lo que hice mal no lo puedo borrar. lo mejor que puedo hacer para remediarlo es desaparecer de tu vida. los dos nos merecemos la posibilidad de ser felices.
- te odio.



No hay comentarios.: