viernes, 11 de julio de 2008

finis terre


(la foto es de coka, la elegí porque consensó un faro de esos que se encuentran en ushuaia por ejemplo, argentinas finis terre)

Y si. Que tanto malambo de recuerdos y deseos y enrosques de estación. Esta es mi última semana de cursante y recursante en las aulas de PSI. Todavía quedan las fiestas y los finales y las fiestas. Entre medio la lectura a solas y en grupo. No sé qué será de mis emociones una vez que todo haya terminado, por ahora vengo conteniendo el moco y la lágrima fácil. Pero no es tarea fácil la contención. Y también es alegría. Y alergia. Si volviera el tiempo atrás, hubiera decidido hacer de mi vocación una carrera en Filosofía y Letras. Pero ojito, que esto también puede ser una posibilidad futura, ¿por qué Puán te fuiste de Independencia? seguro que los milicos tuvieron algo que ver en todo esto y no me extrañaría. Siempre pensé que la carrera Psi no se podía separar de Filo y hoy en día en como va el significante en estas aulas psi, qué bien nos hubiera hecho estudiar griego, latín, linguística... tendríamos los fundamentos que nos faltan para pensar el inconsciente que es un lenguaje genealógico. Pero no es así, entonces hay que hacer la propia búsqueda que es lo que continúa una vez que firmen la última nota en la libreta. De ahí, el faro. De todas las cosas que quiero hacer con este título, tengo que elegir. Y pensar pragmáticamente también. Y proyectar algunas imágenes de lo que sería esa vida encaminada de acá a algunos años. Y ponerme a hacer en función de esos planes. Lo que no hice antes. Lo que hice a medias. Por momentos pensar en el después es abismal y abrumador. Por momentos, es sólo una vuelta más a lo que ya venía haciendo: Grupos, Creatividad, AntiGimnasia. En si las imágenes me colocan como coordinadora de algún grupo con alguna tarea específica de expresión. Con el fin de la salud, o sea la búsqueda de la autencidad de cada quien a través de medios expresivos. Pero de ahí a que pueda lograr ponerme frente a un grupo con la seguridad de saber hacia donde y cómo, tengo un largo camino, quizás no tan largo, pero de autorización previa. Y esto recién comienza.

Hice un impass. Como algo me conozco sé que cuando doy tantas vueltas sobre lo mismo, es porque estoy evitando decir lo que realmento siento. Tengo miedos, ansiedades, cosas que ya no me bastan y me detienen, tengo algunas cosas claras y otras embrolladas. Es un mix emocional. Por momentos estoy en el summum de la alegría, sambando música brasileira y con deseos de vivir y por otros momentos me cuesta levantarme de la cama, a pesar de tener pilas de cosas para hacer apiladas en el escritorio de apuntes, folletos, libros, sueños. Tengo libros por todos lados en mi habitación. Libros que empiezo y que nunca termino, por ejemplo. También tengo mi kit de anestesia, pero no tengo anestesia, y se me extraviaron los globulitos. Tengo una sensación de ilusa empedernida que no aprende jamás y poca paciencia para el proceso. Solitud durante el día y durante la noche, mezclada con momentos de mucho movimiento y de mucha gente. Lo que me mantiene alegre es el impulso de salir de casa y tomarme el colectivo a cualquier lugar. Y allí encontrarme con la gente que quiero de allí y de acá. Tengo amigos, por suerte, varios, de todo tipo y color. Tengo a mi familia también y es crucial para mi su existencia y su presencia. Tengo como dije antes, un mundo de sensaciones que no termino de bajar a tierra. Tengo cortocircuitos. Silencios y malos entendidos. Por momentos dudo de todo y todo duda de mi. Por momentos se me transforma la realidad y encuentro que son los pequeños detalles que están allí presentes, los que le dan consistencia a mi existencia. Tengo un amor platónico con la música y conversaciones carnales con la radio. Tengo un infierno de dante en la biblioteca y las enseñanzas de Don Juan con el peyote y la antropología en el living. Tengo amigos desde hace miles de años, aunque los haya conocido hace poco. La gente me devuelve que me quiere, supongo que algo habré hecho de bien en ellos. También tengo gente que se fue y que no vendrá jamás. Y gente que aparece y desaparece a su antojo, y entonces con ellos jugamos a las escondidas. Todavía no encuentro cómo capitalizar todo esto de alguna manera. Como hacer de mi existencia un valor en si mismo. Y no sólo un envase para usar y tirar, contemplar, temer y controlar. Tengo fé y esa espera se convierte en esperanza. Tengo kilombos en el placard, ropas viejas y desgastadas, que ya perdieron el brillo de su debut. Tengo las ventanas abiertas, pero cortinas para preservar la intimidad. Tengo pilas de CDs rescatados que escucho al antojo sugestivo del sentimiento que quiero explorar. Tengo fotos y sonidos que todavía no conjugué con sentidos. Tengo cinco sentidos algo atontados por las circunstancias de movimiento. Tengo por momentos ganas de irme y por otros ganas de encerrarme. Tengo grises también, y acrílicos verdes, violetas y amarillos, y papeles y pinceles para desatar aquello que tengo atorado en la sien. Tengo sueños con fantasmas, que me piden que les desate el nudo que los tiene atorados en el acto final de su suicidio. Me piden que les afloje la cuerda y yo consiento en librerarlos de su mal y de su violencia. Tengo algunos tornillos flojos, y algunas piezas que fueron trocadas por otras. Tengo experiencias, al menos un libro de experiencias de aquellas que abren diferentes aventuras. Otros posibles futuros libros. Tengo la manía de volverme loca con las palabras, de leerlas de atrás para adelante, de buscar palabras dentro de palabras, de encontrar sentidos que se abran con esas llaves coincidentes. Tengo también la manía de prestarle atención a todos los números que aparecen frente a mis ojos, y esos números sumados y descompuestos me dan otros números que me dan algún concepto sintetizado a mi antojo y asombro. Tengo eso y mucho más para dar, pero la inconsistencia me juega malas pasadas. y yo juego a sus juegos incoherentes y después de que pasó el veranito de san juan, pues agarrate catalina.
Agarrate Lulú que se derrumba la torre de sal y se la engulle el océano.
Acordate Lulú del faro. No te dejes, no te pierdas.

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