lunes, 23 de marzo de 2009

Stand by me

http://www.youtube.com/watch?v=XY13d5c0vME&feature=channel

Hoy quisiera contar historias. Historias que no me pertenecen directamente o historias de las cuales no me apropio como protagonista; son situaciones que pueden tener algún punto tocante contigo, conmigo, con aquel o con ella. Situaciones de la vida. Es más fácil así, descomprimir con la fantasía ajena, aquello que quiero transmitir en esencia. Es más fácil así, desembarazarse de la sobreimplicación de la que padecemos muchos ingenuos narcisistas, posibles agentes del cambio de conciencia de la humanidad que tenemos como círculo de influencia.
People are strange.
Creo que fue leyendo el horoscope, o estelar forecast. Se me ocurrió una idea, dos y tres ideas más. Me recordé. Hice el ejercicio de memorizar la historia para integrar aquellos errores a los hechos normales de una vida humana. Ahora que estamos cerca de una fecha que así lo sugiere, habrá que valorar qué tiene de relación la reconciliación con un proyecto futuro. Qué tiene que ver la memoria con la identidad. Qué significa estar detenidos en un trauma que crea inestabilidad sistémica constante. Qué hacemos con los espacios en blanco de nuestra historia. Con qué los llenamos. O si los dejamos vacíos. Bajo qué tutela. En nombre de quién. Y si es justamente por aquellos silencios que hablamos, para llenarlos. Por qué fantaseamos con un espacio propicio para crear imaginación. Porque imaginamos alas allí en dónde no existen, porque no nos conformamos con la sumisión a lo dado, porque en nuestras mentes habita el cuestionamiento de las posibilidades. Y si es aquello libertad. O si es aquello escapismo. O si es un mix permisible. O se trata de los adultos, o si los adultos tienen una palabra muy parecida al adulterio. Si adulteramos las esencias de la gente al convertirnos en adultos, como una metamorfosis natural, como un legado imposible de desoir. Si debemos continuar cargando el peso de nuestras raíces o si debemos cortar con aquellas raíces para ser nosotros mismos. O en general entre dos opciones elegimos la tercer opción que intenta una negociación de fines entre dos extremos. Porque somos moderados. Porque nos gusta el equilibrio. Porque somos clásicos. Conservadores de la verdad, cuestionadores de la ineficacia demagógica. Hay que tener la humanidad bien puesta para arriesgarse a decir lo que uno piensa por sí mismo, a las conclusiones que ha llegado por practicar el empirismo en su propia vida. Hay que tener la humanidad bien puesta para admitir aún aquello que no sabemos todavía. Si es que alguna vez lo sabremos, o si es que llegaremos a la fórmula que más se aproxime a nuestro gusto singular por la vida que llevamos. O si nos animamos a pensar la vida que nos gustaría llevar. Y si estamos lejos o cerca de aquella idea y de cómo llevarla a cabo. Y si estamos dispuestos a arriesgar la comodidad por la evolución, o al menos por la búsqueda de lo que nos hace vibrar en el mundo, a nuestro tono, a nuestro ritmo, con nuestro color y en nuestra nota magistral.

No hay comentarios.: