miércoles, 5 de septiembre de 2007

cosas que pasan

Voy directo al grano, cuestión inusual por estos pagos. En este momento siento una bronca contenida que me remueve la tormenta más vil de la palabra más destructiva para vomitar el veneno sin pensarlo dos veces. Y claro, quién me puso en ese lugar?. Me puse solita. La anestesia de hace un par de horas atrás hace de parche y de velo para no generar reacción activa de descarga alguna, pero alguna frase inesperada corre como piña. Son varias cosas, no es sólo la cosa bronca, ahora es este sentimiento que me genera mi hermana más chica cuando me exige que le tenga la cena lista, porque yo estuve toooooooooodo el día rascándome el higo, como quien dice mal y pronto. Y encima tengo que dar explicaciones de que una vez no se me canta cocinar, aunque sean las diez de la noche, a mi qué cuernos me importa?! Está claro que de importarme un poco habría rallado aunque sea unas zanahorias, o aunque sea habría tirado algún que otro mantelito en la mesa redonda de siempre. Es mensaje común y corriente este que se repite, cómo si en ese momento en vez de ser una persona, me convierto en un estereotipo, en el rol de siempre. La convivencia no es sencilla y por esta época vamos a cumplir un año que nos mudamos las tres juntas a este lugar. Llamemosló apolinario. Es en este lugar donde paso la mayor parte de los días. Mi rutina por el momento es bastante liviana y no me quejo, al contrario, lo disfruto bastante. Liviana no quiere decir sin contenido. El contenido suele ser en su mayor parte la facultad, ir, venir, cursar, leer, mantenerme al hilo de las clases, aunque vaya unos textos atrasada, cada vez que agarro un texto nuevo, mi mente quiere almorzar conocimiento. Igual, me tengo que imponer un poquitín más de disciplina y mis ciclos de pulso son raros, no puedo repetir dos días el mismo orden de cosas. Algunas por suerte están impuestas desde afuera y eso hace en algún punto de estructuración del tiempo, y está muy bien que así sea, porque evidente aún necesito apoyarme en patrones fijos. Yo sé lo que es estar desempleada con mucho tiempo por delante, y cuán difícil se hace el orden interno en esa situación. También sé lo que es laburar full time y hasta los fines de semana, cursar materias, hacer de novia, y hacer de mi tiempo libre algún alimento del alma. Pero todas esas variables no se han dado juntas nunca. O laburé a puntos de stress intolerables, o estudié las materias que correspondía estudiar si tenías la suerte de que tus padres te mantuvieran, o estuve de novia y fui estudiante, o hice de mi tiempo libre un alimento para el alma. Nunca sostuve muchas cosas a un nivel de exigencia terrible y desconocido para lograr una meta que me hubiera propuesto. A esto digo con una profunda honestidad, sé que puedo dar más aún de lo que doy. Sólo que recién ahora me estoy creyendo capaz de llevarlo a cabo por mi propio esfuerzo, sin rendirle cuentas a las ilusiones de los demás sobre uno mismo, o a las decepciones, o a ambas.
Tal vez mi hermana tenga razón en algún punto, cuando habla si no gritara y si eligiera palabras más contenedoras para expresar su rotunda verdad. Pero la conozco desde hace veintidos años, y no queda otra que ver a través de su explosión, su verdadera esencia. Pero acá me planto. Si mi egoísmo supuesto le molesta, algo puede haber de verdad y algo puede ser un tema de ella, un rollo personal. A mi entender, la normalidad de mi respuesta acata su demanda, pero en la vida no hay que dar nada por supuesto. La gente cambia. Y algo de este papel de sumisión y agrado a costa de mis deseos me empieza a romper las bolas. Algo de esa niñita complaciente que temía sentir cosas terribles, pero actuar en función de la buena imágen, está llegando a su fin. The Show is Over. Cada vez me cuenta fingir menos lo que siento, aunque esos sentimientos no sean conciliadores de las razones diplomáticas, merezco un poco de respeto. Pero ese respeto debe partir en primer lugar del respeto que me tenga a mi misma. Si tantas veces he dejado atravesar por el otro el umbral de la invasión, del maltrato, del entredicho, del forreo, pues también he actuado así con mis semejantes. Realizar el cambio de posición puede traer muchos detractores, pero entonces serán aquellos que no me quieran cerca, y si es así, que se vayan y que vengan los que ven otras cosas y los que quieran lo que yo puedo darles, con todas mis imperfecciones, como las suyas propias. Esto no quiere decir que no sea lo suficientemente inteligente de saber escuchar, entender, y pulir asperezas, pero desde mi lugar más auténtico, que es lo único que soy de verdadero.

No hay comentarios.: