domingo, 25 de noviembre de 2007

temps du temps

(Este cuadro a la izquierda, corresponde a Gastón Viñas, Big Adventures)

Rescaté entre los discos que teníamos, una copia que me hicieron hace algunos años, de la discografía completa de Nick Cave y Tom Waits. Conozco un poco más del segundo que del primero, lo he visto en películas y lo he escuchado como banda de sonido de media naranja, hace un tiempo ya. Con media naranja, mientras preparábamos los banquetes del romance darkie. Recuerdo que sabíamos pasarla bien algunas veces. Eso está bueno rescatarlo, porque si no parece que lo que fue no tuvo razón de ser, porque ahora ya no la tiene. Y eso resulta tan falso y poco honesto, como intentar donde ya se intentó y se sabe que no se puede.
Es la música esta un poco de melancolía sobria un poco deforme, más la de Cave. La de Waits es melancolía de perro ebrio. Pero los dos son románticos en algún sentido que ronda el buen gusto. Me los imagino vestidos de negro, algo formales. Conozco poco y nada en realidad. Sólo algunas canciones, pero de biodiscografías y esas cosas, niente. Sólo que son del halo rockandpop?. No sé. Está buena esta música, pero hay que elegir bien el momento, como en general con toda la música.
Hoy le toca lugar a la descripción-rutina de un lindo sábado plagado de "sanas artes". Encabeza la entrada un cuadrito de una especie de historieta que realiza este artista y que además le realizó unos videos a Radiohead, pero no sé de qué canciones. Los ví hoy en el Centro Cultural Recoleto (léase con papa en boca). Fuimos con Vika, mi compañera de aventuras de raje e improvisación y mi hermana. Yo ya no toleraba este encierro al que me condené por unos días, y el día estaba demasiado prometedor como para desperdiciarlo con quejas y refunfuñes, prometedor pero un poco destemplado. Eso a la tarde, pero...
Me levanté temprano, porque sonó el teléfono bien temprano para un sábado, supuse conjeturas y pude recordar con detalles lo que había soñado. Otro paso de depuración de la máquina. Y me dediqué a leer en la cama, rutina que siempre he disfrutado. Luego me dediqué a escuchar un poco de música, en los parlantes que reconecté ayer. Tremendo sonido! Luego entonces vino la película Orgullo y Prejuicio, que ya la había visto. Y hoy ví con otros ojos. Está bien. Seguí sufriendo por estos dos personajes que eran el uno para el otro, pero demasiado yoicos para dar el brazo a torcer y acceder a encontrarse. Uno sospecha, demasiada rivalidad, no querrá decir un exceso en el lugar equivocado? Piensenló. Ella era Prejuicio, bien altanera y con explicaciones para todo. El era Orgullo, un malentendido de vanidad que en realidad era timidez inadecuada. Ambos tuvieron que hacer una gran modificación en sus temperamentos chocantes y grandes obras de redención a lo largo de toda la película, para poder admitir finalmente que se amaron desde el primer día. Yo sufría mientras me agarraba acidez con el mate.
Mientras tanto llamados telefónicos. Algunos de encuentros, otros de desencuentros. También quería salir y no me decidía a largarme sola a la placita. Ahí viene Vika a la historia. Llegó con mamá, hicimos las pases, y hasta les mostré las fotos del viaje de Octubre a Laprida. Conversamos bien. Y nos largamos con el 110 a la Facultad de Derecho. Hace tanto que no volvía a Plaza Francia! Cómo ha cambiado. Creo que la visitaba más cuando vivía en B.V. que cuando me mudé acá...Iba con la excusa de ver unas fotos de un compañero, pero me encontré con un montón de otras cosas que no me las esperaba. En principio esta exposición de un tal Viñas y su secuencia tanto de historietas en blanco negro rojo de tinta. Con imágenes de niños asustados, atemorizados por los insectos, por los adultos, por los juguetes de infancia. Mundos de infancias atemorizadas pero revertidas en la adultez con ternura y poesía franca. SadoMaso, críticas desde el ojo infantil a la realidad adulta. Me quedó grabada una imagen, por su belleza. Niña y Niño con barriletes de sombra de lobo en fondo nevado. Luego también pasaban las secuencias con música que ya mencioné. Luego vino la sala mandalas, que era preciosa, con colores en papel y acrílico. Luego vino Clarice Lispector, una escritora portuguesa que murió joven y escribía de puta madre, con mucha conexión interna y de dios. Esto en rojo, con audiciones faladas en portugués, frases escritas en paredes. Muy interesante, hablaba mucho de la lucidez y de la existencia. Por el nombre que tiene me la imaginaba más cercana a Agatha Christie que a Saramago. Otras imágenes de esta exposición homenaje; una sala con una calavera gigante y girante, que estaba fabricada con espejitos y por la luz como le daba formaba hilos de luz en la oscuridad y también hechaba humo. Después de salir de esa experiencia, estábamos mareadas. Luego otra sala escrita con una serie larga de miedos, una lengua fóbica en azul las palabras y otra empapelada con papel en código braile, que no dudé en probar con el tacto de los dedos. Luego nos volvimos. Ya era tardecita y un poco de oscuridad. Qué barrio Tétrico que es Recoleta, no sólo por el cementerio, sino por que de alguna manera desembocamos frente a la gótica facultad de Ingeniería, y se unió el espectro fantasmal.
Cuando llegué a casa, sola, porque vika seguía su aventura por otro lado, pensé que quería ver películas. Más. Una vez que se empieza, no se puede parar con las películas. Y me alquilé dos de KimKiDuk. Un director koreano que hizo películas tan distintas, pero tan igualmente valiosas, que es impresionante lo que resulta de ese cerebro creativo. Las dos que elegí fueron Hierro 3 y Tiempo. Me habían recomendado verlas, en secuencia, porque ambas son de la relación de a dos de pareja, en diferentes instancias. La primera cuando comienza, la segunda cuando el tiempo las hace moco. Sin embargo, por esas cosas que pasan, la más esperanzadora se me viene a trabar a medio camino. Paso a la segunda, la tenebrosa. La que vi de principio a fin y la que conozco también por experiencia cercana. Cuando la chica se empieza a poner irracional con sus celos e inseguridades, y decidé cambiar para que él no se aburra. Elige un cambio demasiado drástico pero eso hace de metáfora poderosa. No la voy a comentar más que en lo necesario, para que no se la pierdan. Cambios drásticos en pos de...que terminan destrozando la identidad de cada quien y una seguidilla trágica de desencuentros hacen lo suyo. Cuando volver a lo que fue alguna vez, es un imposible por estructura.

1 comentario:

Anónimo dijo...

cuanto movimiento este sábado, en todo sentido diria yo. Se podria decir que ángeles de fuego la acompañaban. :D

festejo el salir, festejo el buscar cosas nuevas y el reencontrarse con otras para verlas desde otro lugar.

nos vemos